Las lluvias torrenciales que afectan al estado
de Colorado se han cobrado una quinta víctima mortal y han dejado más
de 500 personas en paradero desconocido, según informan los
Servicios de
Emergencias del estado que intentan rescatar a los residentes más
aislados en una de las peores inundaciones en décadas.
Hasta el momento, se han contabilizado cinco fallecidos, la última
una mujer de 60 años en el condado de Larimer que había sido declarada
en paradero desconocido. Los otros cuatro fallecidos son un hombre y una
mujer, que perdieron la vida cuando un torrente de agua se llevó el
coche donde se encontraban.
Posteriormente, un cuerpo fue hallado entre los escombros de un
edificio derrumbado cerca del municipio de Jamestown, en el norte de
Boulder, y otro hombre fue encontrado muerto a 100 kilómetros al sur de
la capital, según las autoridades.
No obstante, el sheriff del condado de Boulder, Joe Pelle, no ha
descartado en una rueda de prensa que, "habida cuenta de la destrucción"
haya más fallecidos. "Existe una alta probabilidad" de que ello suceda,
ha dicho, "(las lluvias) pueden ser devastadoras", según ha informado
la cadena estadounidense CNN.
DESAPARECIDOS Y EVACUADOS
Las autoridades han elevado la cifra de desaparecidos a 350 en
estas intensas lluvias, que no cesan desde la noche de este viernes y
que ha afectado a estados vecinos como Nuevo México. Solo en el condado
de Larimer, unas 450 han sido evacuadas, según la oficina del sheriff.
Las fuertes precipitaciones registradas en las últimas horas han
provocado también numerosos daños materiales como el derrumbe de varios
edificios, la destrucción de caminos y la inundación de numerosas
tierras de cultivo.
El gran problema con el que se encuentran los efectivos de
Emergencias es lograr rescatar a los residentes cercados por las lluvias
en zonas muy aisladas del estado donde han tenido que utilizar barcos y
helicópteros, según informa el diario estadounidense 'Chicago Tribune'.
La localidad más afectada ha sido Boulder pero otras villas
situadas al sur de las Montañas Rocosas, en el norte de Denver, también
han sufrido fuertemente el azote de las inundaciones ya que el agua ha
discurrido como un gran torrente por los cañones naturales de las
montañas hasta alcanzar a estas localidades.
Esta inundación es la peor en el estado desde la acaecida en 1976
donde murieron cerca de 150 personas en el condado de Larimer por una
inundación a lo largo del Big Thompson Canyon y, por el momento, el
Servicio Meteorológico Nacional en Boulder ha informado que las lluvias
seguirán hasta el domingo.
Los servicios meteorológicos auguran más lluvias de intensidad
para las próximas horas, al tiempo que se intensifican las tareas de
rescate y de búsqueda de residentes aislados en botes y helicópteros.