Los usuarios del tren que cada día hace el recorrido entre
Los Corrales de Buelna y Santander, en las dos direcciones, esperan una
pronta actuación de la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias
(Adif) en el desprendimiento de tierra que pende como una amenaza sobre
un tramo de la vía en Las Caldas de Besaya, afectado por las fuertes
lluvias de principios de año. Una espada de Damocles que causa temor en
muchos de esos pasajeros en cada viaje de ida y vuelta.
De momento, Adif ya ha respondido a esa preocupación de los
usuarios por el estado de las infraestructuras en el trayecto entre Las
Caldas y Viérnoles de la Línea Palencia-Santander. Y asegura que en ese
recorrido ya se realizaron en los meses de enero y febrero trabajos
previos de estabilización del terreno a fin de garantizar la seguridad
de las circulaciones ferroviarias. Así contestaba la Dirección Adjunta
de Mantenimiento y Explotación Red Convencional de la zona Norte,
reconociendo que para ese tramo se ha establecido un protocolo de
vigilancia constante y se espera la aprobación de nuevas inversiones
para actuar en un argayo que se registró en febrero de este año.
Una de las usuarias que cada día utiliza ese tren es Lidia
González Ceballos, de Los Corrales de Buelna. Reconoce que ella, como
otras muchas personas que utilizan ese servicio, contiene la respiración
al paso por el argayo. «Aún más desde el terrible accidente ocurrido en
Santiago de Compostela», proclama.
Al poco de producirse el desprendimiento, Lidia ya se
dirigió a Adif para mostrar su preocupación. Ya entonces, y más tarde,
cuando ha reiterado sus escritos ante la empresa, decía entender la
dificultad del acceso a la zona para llevar a cabo su reparación, pero,
añadía, «estoy segura de que con las infraestructuras que se construyen
hoy en día, existe la maquinaria necesaria para acometer la misma».
Pensó que en la época estival «empezaríamos a ver algún movimiento, pero
todo sigue igual. Supongo que es una reparación costosa en todos los
sentidos, pero espero que no tengamos que lamentar un coste de vidas
humanas, porque sinceramente, no creo que esa pared de tierra aguante
otro invierno». Para Lidia, igual que para otros usuarios, «la
situación es muy grave; es extremadamente peligroso pasar por ahí a
diario como hacemos muchos, por lo que confío en que tomen las medidas
oportunas a la mayor brevedad posible».
En la respuesta de Adif a esa preocupación se señala que se
ha tramitado una Propuesta de Inversión que a día de hoy se encuentra a
expensas de aprobación y dotación presupuestaria, conforme marca la Ley
de Contratación del Sector Público.
Hasta que esta Propuesta de Inversión no se materialice, de
forma preventiva Adif ha establecido en ese trayecto un protocolo de
control que conlleva, entre otras medidas, «vigilancias periódicas y
frecuentes por personal técnico cualificado que evalúe el nivel de
riesgo de las infraestructuras, limitaciones de velocidad al paso de las
circulaciones ferroviarias a fin de reducir el riesgo para las mismas
hasta niveles aceptables y vigilancias especiales y extraordinarias
frente a alarmas meteorológicas».
Añade que las medidas referidas «se mantendrán hasta que no
se restituyan las condiciones de explotación originales». No obstante,
la empresa ferroviaria remarca que «mediante dichas medidas, la
seguridad para las circulaciones de trenes se está evaluando de forma
continua, y presenta niveles de riesgo significativamente bajos y
similares a los de cualquier otro punto de la Línea Palencia-Santander».