El muro de contención se vino abajo cuando se hacían obras en su base.
Apenas pasaban unos minutos de las cinco de la tarde
de ayer cuando el muro de contención de la Atalaia, construido a
principios de los 50 según a memoria de los vecinos, comenzó a
desmoronarse. Los tres operarios que estaban trabajando en su base,
habilitando una zona de aparcamiento en el solar de la antigua lonja,
pudieron ponerse a salvo. A lo largo de la tarde de ayer continuaron los
derrumbes, hasta el punto de que la rúa Nova quedó sin murete de
protección y varias viviendas de la zona corren peligro. Precisamente
por eso, los vecinos de la rúa do Mirador, fueron desalojados de sus
casas. Son pocos, ya que buena parte de las viviendas están vacías en
esta época, y el Concello solo tuvo que buscar acomodo a una mujer.
Responsables de la empresa adjudicataria de las obras
y de Portos de Galicia, que es la responsable de los trabajos,
estuvieron toda la tarde buscando soluciones y para primera hora de la
mañana se espera la llegada de técnicos de una empresa especializada.
Protección Civil y Guardia Civil estuvieron vigilantes toda la noche.
El derrumbe sorprendió a los operarios, pero el
alcalde reconoció que de todos era conocida la mala situación del muro.
De hecho, Eduardo Parga, explicó que las labores consistían precisamente
en el refuerzo de la pared con zapatas y que el muro no se iba a tocar
por su debilidad.
Vecinos. Carmen Tasende Arcay
caminaba por la rúa do Mirador, en la que reside, cuando se produjo el
derrumbe. Oyó los gritos de los operarios, pero se fue a casa y se metió
en la ducha. Cuando salió, un policía la esperaba para que desalojara
la casa. «Díxome que collera unha chaqueta e o bolso», explica mientras
espera sentada en la cuesta de la lonja. Junto a ella está Carmen
Alfeirán, que estaba viendo «a Belén Esteban», cuando fue avisada de que
saliera de casa. Ella se irá con unos familiares.
Obreros. Tres operarios trabajaban
en la base del muro, donde estaban las escaleras que comunicaban el
puerto con este barrio malpicán, cuando la parte de abajo de la pared
comenzó a estallar. El más joven de los trabajadores se dio cuenta del
peligro y avisó a los compañeros, que salieron corriendo de la zona.
Primero cayeron los primeros tres metros, después la parte del medio y
al final, la más alta. El derrumbe fue lento. Calcularon ayer los
obreros que el muro se desmoronó en un cuarto de hora.
Infraestructuras. El derrumbe dejó
al descubierto las canalizaciones del alcantarillado, las viejas,
probablemente de barro de Buño, y las nuevas, de material plástico
naranja. Durante toda la tarde cayó agua de una de las tuberías,
probablemente rota al caer la pared. Sin embargo, los trabajadores
reconocieron que había muchas filtraciones y que cada vez que actuaban
en el muro salía agua. El alcalde también reconoció que parte de la
debilidad de la pared era por el efecto lavado de la tierra.