Las lluvias torrenciales se han llevado la vida de al menos 18
personas en los estados de Texas y Oklahoma, incluyendo los seis
fallecimientos registrados en las últimas, al menos cuatro de ellos en
la ciudad Houston, donde las inundaciones han convertido las calles en
auténticos ríos y han dejado un balance de cerca de mil llamadas a los
servicios de emergencia en la cuarta ciudad más poblada de Estados
Unidos.
Cerca de una treintena de personas han desaparecido en Texas tras las
fuertes tormentas producidas después del Día de los Caídos y este
martes, causando inundaciones y tornados que han destruido casas y
puentes.
De los fallecidos en la ciudad de Houston dos fueron hallados en sus
coches y otros dos fueron encontrados en un pantano cercano. Uno de
ellos es un hombre que fue dado por desaparecido cuando un barco se
hundió durante una evacuación de rescate.
Otra de las víctimas es una chica de 18 años, cuyo coche fue
arrastrado por la corriente de las inundaciones cuando regresaba a casa
después de graduarse en el instituto, según ha informado la policía en
Devine, Texas, localidad al sur de San Antonio.
Los trabajadores de los equipos de rescate siguen buscando a los doce
miembros de dos familias desaparecidas después de que su residencia de
verano fuera destrozada por las inundaciones en Wimberly, una ciudad
alrededor de 30 millas al suroeste de Austin, donde las inundaciones han
supuesto toda una ola de destrucción. "(Los ciudadanos) han perdido sus
casas y sus negocios", ha afirmado Steve Thurber, alcalde de Wimberly.
"Todavía hay un significativo número de áreas en Houston que han sido
totalmente devastadas por las inundaciones", ha informado la alcaldesa,
Annise Parker, en una rueda de prensa. También ha anunciado que ya ha
pedido al gobernador que declare la ciudad en estado de desastre. Parker
ha advertido igualmente de que, aunque la mayor parte de Houston se
encuentre elevada y todavía seca, no es conveniente que los ciudadanos
salgan de sus casas.
El presidente, Barack Obama, ha afirmado este martes que el
gobernador de Texas, Greg Abbott, podrá contar con una partida económica
del presupuesto federal hasta que el estado se recupere de las
inundaciones. Abbot ha declarado el estado de desastre en 24 condados de
Texas.
Todavía no hay una estimación del daño que las inundaciones han
causado en el estado. La economía de Texas supone 1,4 billones de
dólares anuales y se trata del principal productor de energía del país,
además de una importante potencia industrial en los sectores agrícola y
manufacturero.
Más de 40 vuelos han sido cancelados a partir de
las 10 de la mañana (hora local) en los aeropuertos de Houston y Dallas,
que suponen dos de los más transitados de todo el país. Así mismo el
bloqueo de carreteras ha impedido a los ciudadanos ir al trabajo.
También ha tenido que cerrarse temporalmente una pista de aterrizaje en
el Aeropuerto Internacional de Dallas/Fort Worth después de que las
lluvias hayan provocado un socavón, según han informado varios medios de
comunicación.
Alrededor de 100.000 ciudadanos se han quedado sin servicio eléctrico
debido a los fuertes vientos y a las crecidas de las aguas, que han
provocado la quiebra de varias torres del tendido eléctrico.
En
Houston, Parker ha afirmado que alrededor de 1.000 vehículos han quedado
sumergidos en Austin debido a las inundaciones, lo que ha provocado que
equipos de rescate hayan usado helicópteros y barcos para sacar a la
gente de sus coches.
El Servicio Meteorológico Nacional ha anunciado que aún se espera mal
tiempo y ha advertido de la posibilidad de más inundaciones durante
este martes, después de que un frente tormentoso se haya desplazado
desde la costa del Golfo de México hacia el estado de Florida.