«Solo hemos podido hablar con él por WhatsApp, porque está en una zona donde por lo visto no hay muy buenas comunicaciones. Estamos esperando a que vuelva a España el viernes -hoy- o el sábado para hablar con él por teléfono», dijo a este diario el padre del militar, Antonio Javier Puente. «El comandante de la UME ha creado un grupo de WhatsApp para todos los familiares, para que estemos informados. En el grupo dijeron que volvían el viernes, pero al final parece que no llegarán hasta el sábado».
El cabo santoñés Antonio Puente Alonso, de 28 años, ha estado ocho años en el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas y ha viajado seis veces a Afganistán, donde esta unidad de operaciones especiales mantiene un destacamento permanente en la Base de Apoyo Avanzado de Herat. Ahora está en la Unidad Militar de Emergencias, donde estudia para sargento. «Estoy muy orgullosa de que esté allí echando una mano. Estamos ya bastante acostumbrados a estas cosas porque ha ido seis veces a Afganistán. Pero a él le encanta todo eso y está muy contento de haber ido a Nepal. Es su vida», asegura su madre.
En este caso ha ido en labores de rescate y para ofrecer ayuda humanitaria, lo que resta riesgo a la misión. «Por eso dentro de lo que cabe estoy más tranquila que cuando va a la guerra». El operativo para encontrar a los seis españoles desaparecidos en Langtang proseguirá hoy después de que el vuelo de reconocimiento previsto ayer no pudiera sobrevolar el área por culpa de las condiciones meteorológicas. El mal tiempo dificultó el vuelo de una dotación de la Guardia Civil por una zona cercana a Langtang -donde se busca a los seis españoles desaparecidos- que las autoridades han incluido en los rastreos para agotar todas las opciones de búsqueda. En vista de que era imposible realizar el vuelo, los agentes decidieron apoyar las tareas de reparto de comida en una población local, Dhunche.
«Hasta agotar posibilidades»
Un segundo vuelo, al que se incorporó la inspectora del Cuerpo
Nacional de Policía Ana Isabel Fernández, sí pudo llegar al pueblo de
Langtang, donde pudo revisar la zona y corroborar el trabajo realizado
hasta ahora, indicó el embajador de España en Nueva Delhi, Gustavo de
Arístegui, concurrente en Nepal. El embajador subrayó que la operación
seguirá abierta «hasta que se agoten todas las posibilidades».
Las autoridades locales nepalíes estiman que podría haber hasta 300 cadáveres sepultados en el valle de Langtang, de los que unos 110 corresponderían a ciudadanos extranjeros. El terremoto que golpeó Nepal el pasado 25 de abril ha dejado ya al menos 7.802 muertos y 16.434 heridos según los últimos datos oficiales, un número que muy posiblemente seguirá aumentando.
