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jueves, 30 de octubre de 2014

FUERTE CRECIDA DEL RIO LUJUAN CAUSA INUNDACIONES

El agua superó los 4,30 metros anoche. Los vecinos temen que la crecida siga avanzando.
Ayer por la tarde, la Basílica de Luján se reflejaba en los inmensos charcos de agua que rodeaban la zona céntrica. Como consecuencia de la fuerte tormenta que se desató la noche del martes, la ciudad vivió una escena repetida: más de un centenar de vecinos evacuados y calles cortadas por el avance del río. Los vecinos temen que se repita una inundación similar a la de 2012, cuando el agua llegó hasta los 5,12 metros de altura.
Los problemas sorprendieron a muchas familias alrededor de las 5 de la mañana, cuando la lluvia no daba indicios de querer apaciguarse. “Salí con mi esposa y mis cuatro hijas, nos tuvimos que autoevacuar porque todavía no había llegado nadie, los bomberos aparecieron varias horas después cuando ya había más de un metro de agua”, contó uno de los afectados, Sergio González. Y agregó:
“La lluvia nos agarró de imprevisto y perdí todo: heladera, colchones. No sé cómo vamos a hacer para resolver esto, ya es la cuarta vez que nos pasa en el año”.
Los lugares más afectados por las inundaciones fueron los barrios de Padre Varela, Santa Marta, Olivera, La Loma, Santa Elena, San Fermín, mientras que otras localidades quedaron aisladas, como Carlos Keen. Durante la noche del martes y el miércoles, se evacuaron a unas 150 personas, que fueron llevadas al polideportivo de Luján y al centro educativo El Cai. Otra de las evacuadas, Rosa Velázquez, de 80 años, contó a Clarín que ésta es la tercera vez en lo que va del año que su casa se inunda y que no recibe respuestas de las autoridades: “Se quejan de que siempre vuelvo al mismo lugar, pero no puedo hacer nada, ahí está mi casa”, contó.
“Yo ya levanté todo lo importante del piso y lo puse a un metro de altura porque los que vivimos acá sabemos que lo peor es cuando el agua de otras localidades baja y sube el río Luján”, contó María Brandoni, vecina de la calle Doctor Real al 100. El río había superado los 4,30 metros ayer a la noche y se pronosticaba que el pico de la crecida podría llegar durante la madrugada. A su lado, se encontraba Lautato Itzcovitz, un joven que viaja hasta esa calle sólo para a ayudar a los vecinos: “Estoy cansado que se les inunde, sólo vengo y doy una mano, levanto los muebles y corro las cosas”, explicó.