Dos autocaravanas de matrícula francesa quedaron ayer totalmente calcinadas después de que el fuego se iniciara en una y se propagara a la otra por causas que aún se desconocen cuando estaban aparcadas en las inmediaciones de la playa de Santa Marina, en Ribadesella.
El incendio no dejó daños personales, pues ninguna de las familias se encontraba en los vehículos cuando se inició, pero causó desperfectos en una tercera autocaravana estacionada junto a las francesas, aunque sin relación con ellas. Este vehículo tenía las ventanas derretidas por la proximidad del calor y alguna otra secuela, aunque de menor magnitud en comparación con el chasis al que quedaron reducidos los otros dos.
Faltaban diez minutos para el mediodía cuando el olor comenzó a ser evidente en el extremo occidental de Santa Marina, en la parte más próxima al parque de El Malecón, según describieron vecinos de la zona, que a continuación vieron "humo blanco, luego humo negro y luego las explosiones", relataron. Las detonaciones fueron varias y de diferente intensidad, aunque algunas de ellas llegaron a asustar a residentes y paseantes, que no sabían qué sucedía. Hasta el lugar del suceso se desplazaron efectivos de la Policía Local de Ribadesella, de la Guardia Civil y voluntarios del grupo de Protección Civil del municipio, además del concejal de Seguridad Ciudadana de Ribadesella, Pablo García, y de una dotación de bomberos con base en el parque de Llanes, que se trasladó con una autobomba urbana, una autobomba nodriza y una furgoneta multisocorro.
La dotación de Bomberos dio por extinguido el incendio a las 13.27 horas, momento en el que parte de los efectivos se retiraron para regresar a su base, en el parque llanisco. En el lugar permanecieron dos bomberos con la autobomba nodriza realizando tareas de refrigeración, además de efectivos de otros cuerpos de seguridad y voluntarios.
El suceso no pasó desapercibido entre los bañistas y caminantes del paseo marítimo de Santa Marina, que enseguida vieron la enorme columna de humo negro que salía de las dos autocaravanas incendiadas. Hubo quien, por la ubicación, pensó que se trataba de una casa y muchos sacaron sus teléfonos móviles y cámaras fotográficas para retratar el momento.
El fuego ha protagonizado ya dos incidentes esta semana en la comarca. En el primero, ocurrido el martes en la localidad piloñesa de Espinaréu, hubo que lamentar el fallecimiento de Ángel Vega Coya, un piloñés de 66 años que no pudo escapar a las llamas que se originaron en su casa de madrugada y que para cuando se dio la voz de alarma ya habían acabado con su vida. Tanto el techo como el primer piso de la vivienda quedaron completamente calcinados y el fuego también afectó a dos cuadras contiguas, una en la que había herramienta y otra que servía de almacén para la hierba.