Tres mineros alemanes han quedado sepultados a 700 metros
de profundidad en una mina de potasa de la localidad de Unterbreizbach,
tras producirse una explosión presumiblemente por una fuga de gas.
Según fuentes de la empresa minera, K + S, siete mineros
quedaron atrapados, aunque cuatro de ellos ya han sido rescatados
ilesos, mientras prosigue la búsqueda del resto del grupo.
La confusión de los momentos iniciales hizo que la fuente situase a cinco trabajadores, y no a siete, en el interior de la mina.
La detonación se produjo sobre las 11.00 GMT, después de lo que iba a ser una explosión controlada, a 900 metros de profundidad, indicaron las mismas fuentes.
Según parece, la explosión se produjo tras una fuga de ácido carbónico y los efectos de la fuerte detonación impactaron no solo en las galerías de la mina sino también el resto de la explotación.
Los equipos de rescate han procedido a evacuar tanto las galerías como los accesos a la mina mientras para facilitar las operaciones de salvamento.
La explotación pertenece al grupo K + S, con una plantilla total de 4.300 empleados, de los cuales un centenar trabajan en la mina donde se produjo el accidente.