Los buzos acaban de encontrar este mediodía el cuerpo sin vida del joven Adrián González Fernández, el chico de 16 años que se ahogó ayer en el río Miño en Goián (Tomiño).
El suceso ocurrió mientras se bañaba con su amigo Adrián Correa
Barbosa, de 24 años, en la playa de La Atalaya ayer por la tarde.
Quisieron cruzar a nado a Portugal y le fallaron las fuerzas. El mayor
se salvó gracias a que un vecino lo rescató con una barca. El cuerpo del
joven Adrián desapareció.
Esta mañana lo han encontrado los equipos de
emergencia en la zona donde se le había perdido la pista. La búsqueda se
había suspendido ayer por la noche, pero se retomó esta mañana.
Otro varón de 24 años pudo salvar su vida gracias a
un vecino de la zona que salió en su ayuda con una barca. Más de un
centenar de efectivos rastrearon el tramo del río hasta la desembocadura
hasta el anochecer, sin poder encontrar el cuerpo del menor. Todo
sucedió sobre las cinco de la tarde. Adrián y su amigo Adrián Correa
Barbosa habían ido a bañarse a la playa de La Atalaya, unos pequeños
arenales existentes debajo del puente internacional que une Goián con
Vilanova de Cerveira, en Portugal. Quisieron llegar hasta la otra
orilla, en Portugal, pero al menor le fallaron las fuerzas. Se propuso
regresar a la playa, pero tampoco pudo hacerlo porque estaba extenuado y
la corriente era muy fuerte. Su amigo vio cómo se ahogaba y acudió en
su ayuda. Consiguió agarrarlo, pero no pudo con él y se fue al fondo.
Varios vecinos que estaban desbrozando una finca en la ribera española
escucharon gritos de auxilio y corrieron hasta la propiedad de otra
persona que vive junto al río y que tiene una barca. El dueño de la
lancha, Carlos Carballo Alonso, relataba que cuando llegaron al lugar el
joven ya había desaparecido. Lanzaron un flotador al único
superviviente y pudieron rescatarlo con vida. Se encontraba en estado de
shock y apenas podía decir nada.