La rotura de una tubería general en San Cristóbal inundó bajos, garajes y varias calles.
De pronto, a las dos de la tarde, el agua comenzó
a salir a borbotones frente al hotel Avenida, junto a San Cristóbal. Y
se formó una monumental riada que cruzaba el puente que pasa por encima
de Alfonso Molina hasta crear una laguna que hizo desaparecer el cruce
entre la ronda de Outeiro y Pérez Ardá. El agua continuó su camino hacia
Ramón y Cajal y hasta se abrió el asfalto en el túnel de Salgado
Torres, que también tuvo que ser cortado al tráfico.
Si no llega a ser por unos vecinos de la zona que
se echaron a la calle con escobas y herramientas para abrir las
arquetas, habría sido incluso peor. Luego ya se ocuparon los equipos de
Emalcsa, los bomberos y un ejército de policías locales que se
desplegaron por las calles afectadas para regular el tráfico.
Lo peor fueron los comercios y garajes del cruce
de Pérez Ardá con la ronda de Outeiro, algunos anegados por el agua que
no dejó de brotar hasta las cuatro de la tarde. El motivo fue la rotura
de una conducción general, una brecha de entre 3 y 4 metros en una
tubería que obligó a realizar cambios en la canalización; si bien no
afectó al suministro en las viviendas y negocios porque operarios de
Emalcsa se preocuparon de eso y de tapar ese gran agujero que se abrió
en una bifurcación de la canalización general.
Durante esos trabajos, que se prolongaron hasta bien entrada la noche, la Policía Local tuvo que cortar varias calles.
Para hoy, mientras continúan los trabajos de
reparación, el Ayuntamiento ha establecido un plan de tráfico especial,
ya que permanecerá cortado el desvío en la estación de tren hacia la
ronda de Outeiro en sentido hotel Avenida y Alfonso Molina. Se
habilitarán desvíos y también se modificarán las líneas de bus 14 y 22.