- Imputan al conductor por homicidio, lesiones y conducción imprudente
- Transportaba desde Madrid a una excursión organizada por una parroquia de Bullas
- El autobús era uno de los dos que regresaba de visitar el convento de la Madre Maravillas
- 'No puedo frenar, no puedo frenar', gritó el conductor antes del accidente
El conductor que llevaba el autobús, que dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas, va a ser imputado de los presuntos delitos de homicidio, lesiones y conducción imprudente, ha informado hoy el delegado del Gobierno en Murcia, Joaquín Bascuñana.
El conductor, uno de los dos que viajaban en el autobús, resultó con heridas leves al igual que su compañero, y esta mañana ha tenido que ser ingresado en el hospital comarcal de Caravaca de la Cruz aquejado de una arritmia, ha explicado Bacuñana.
El delegado del Gobierno ha señalado que cuando el conductor reciba el alta médica "se actuará según lo que indiquen los protocolos" y declarará ante la Guardia Civil como paso previo a su puesta a disposición judicial.
Las fuentes han dicho que, no obstante, el conductor del vehículo indicó a los agentes de la Guardia Civil de tráfico que le habían fallado los frenos.
Trece personas han perdido la vida y otras 32 han resultado heridas en el accidente registrado anoche al volcar sobre un terraplén el autobús en el que regresaban de un acto religioso en Madrid.
El vehículo circulaba por la A-30, había parado a descansar en La Roda (Albacete) y poco después se incorporó a la RM-730 saltándose varias señales de límite de velocidad y un "stop", informaron a Efe las fuentes.
Tanto las víctimas mortales como los heridos son vecinos del pequeño municipio vitivinícola de Bullas (en la comarca murciana del Noroeste), a donde se dirigían tras asistir en Madrid a un acto religioso de devoción a la Madre Maravillas
El accidente, según fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias de Murcia, se produjo a las 23.20 horas en la carretera de Madrid, a la altura de la Venta del Olivo, cuando el vehículo, en el que viajaban 55 personas se cayó por un terraplén de quince metros por causas que se desconocen.
Según informa el periódico La Verdad de Murcia, "no puedo frenar, no puedo frenar" fue el grito desesperado que el conductor compartió con los pasajeros antes de que se produjera el fatal desenlace.
Un vecino de Bullas asegura que así se lo transmitió su hija -que viajaba en el vehículo junto a su madre- con la que pudo hablar antes de que fuera traslada al hospital.
"Me dijo que unos segundos antes del accidente, el conductor se puso a gritarle a su compañero que no le respondían los frenos", ha explicado el vecino. La Guardia Civil investiga esa hipótesis para esclarecer el suceso, aunque no descarta otras causas.
Los supervivientes del siniestro del autocar, que quedó volcado sobre un lateral de la carretera, a unos quince metros de profundidad, fueron rescatados y trasladados a hospitales de Murcia y Cieza así como a Hellín (Albacete).
Todos ellos formaban parte de un grupo de personas que en dos autobuses se trasladaron por la mañana a Madrid en un viaje organizado por la parroquia de la localidad para asistir al acto religioso. Entre las víctimas mortales se encuentra el párroco de Bullas, de 38 años, que murió al poco de su ingreso en el hospital de Cieza.
Los heridos presentan fracturas y lesiones de diversa índole y pronóstico, según el director general de Emergencias del Gobierno de Murcia, Luis Gestoso.
A los pocos minutos del siniestro los vecinos de Bullas se fueron enterando de lo ocurrido y, en algunos casos, se acercaron hasta el lugar del accidente para conocer el estado de las víctimas.
En el lugar de los hechos se desplegó un importante operativo asistencial y de rescate, que se veía a mucha distancia del lugar del siniestro, en el que participaron agentes de la Guardia Civil, voluntarios de Protección Civil, efectivos del Consorcio de Extinción de Incendios y sanitarios del Servicio Murciano de Salud.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Murcia han comenzado a hacer las autopsias a las víctimas mortales.
El autobús, de la empresa J.Ruiz de la vecina población de Calasparra, había pasado la ITV dos días antes del siniestro, por lo que su dueño, en declaraciones a Efe al enterarse de la tragedia, no podía explicar las causas de lo ocurrido.
El vehículo, de "nueve o diez" años de antigüedad, según su dueño, se encontraba "en perfecto estado" y había pasado la inspección técnica "porque tenía el viaje a Madrid".
Este accidente de autobús es el tercero más grave de los registrados en España desde el año 2000
El alcalde de Bullas, Pedro Chico, fue uno de los primeros en acercarse al lugar del accidente junto al director general de Emergencias de Murcia, Luis Gestoso, y el consejero de Presidencia y Empleo, José Gabriel Ruiz.
También permanecieron en la zona, hasta que el rescate de todas las víctimas finalizó, el presidente del Gobierno murciano, Alberto Garre, y el delegado del Ejecutivo en esta comunidad, Joaquín Bascuñana.
Las autoridades habilitaron de madrugada un punto de encuentro con las familias de los viajeros de este autobús en el pabellón Juan Valera de Bullas, donde les dieron el listado de heridos y el lugar en el que se encuentran, y donde podrían tener lugar los funerales.
El obispo de la Diócesis de Cartagena, Juan Antonio Lorca Planes, expresó de madrugada a los periodistas desde el lugar de la tragedia la consternación por lo ocurrido, y explicó que, al margen de las pruebas de identificación de las víctimas, en este viaje participaba "bastante gente joven".