El pequeño barco de Ángel Manuel Gutiérrez fue encontrado ayer encallado en el espigón del puerto de Colindres, sin rastro de su propietario
Ángel Manuel Gutiérrez Iborra salió el martes por la mañana, en pleno temporal, a pescar con su pequeña embarcación, ‘Fandango’, y desde entonces nadie ha vuelto a saber nada de él. ‘Gelo’ no regresó al puerto de Colindres. Su barco fue encontrado ayer, sobre las 11.00 horas, encallado no demasiado lejos del puerto, en la zona popularmente conocida como ‘lo roto’. Arrastrado por las olas, estaba empotrado contra el muro del espigón, al otro lado de la parte que se divisa desde tierra. Unos vecinos lo vieron en la lejanía y dieron la voz de alarma. Su sobrino, policía local, acudió en el barco de un amigo hasta la zona. Pero dentro de ‘Fandango’ no estaba su propietario, solo las llaves de su coche, un Renault Clio rojo aparcado en el puerto, y el teléfono móvil de su padre, con quien vive. Hasta anoche eran los únicos rastros del pescador desaparecido y las pistas que indicaban que pudo caer al mar.Desde que saltó la alarma, los servicios de emergencias de Cantabria buscaron sin éxito el cuerpo del pescador. Por tierra, mar y aire. En los trabajos de localización participaron una patrullera y el helicóptero de Salvamento Marítimo, y por tierra miembros de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil del municipio. Además, el Centro de Atención a Emergencias 112 realizó labores de apoyo y coordinación a los efectivos que trabajaron en la zona. Nadie encontró ningún indicio y la búsqueda se suspendió debido a la falta de luz. Se reanudará hoy, a primera hora, cuando está prevista la salida del helicóptero del Gobierno de Cantabria, que alternará vuelos de rastreo con el de Salvamento Marítimo. También continuará la búsqueda por tierra y mar.
Nadie sabe las razones que le llevaron a ‘Gelo’, de 45 años, a salir a faenar el martes con las adversas condiciones que presentaba ese día la mar, con un temporal que azotaba con furia la costa cántabra. Partió en solitario del puerto de Colindres en torno a las 10.30 horas, una vez superada la dura pleamar de la madrugada, pero aún con la alerta naranja activada y recomendaciones a la flota de no salir a faenar. El caso es que el pescador se embarcó en ‘Fandango’ y 24 horas después lo único que regresó a puerto fue el pequeño barco, que tiene una caña rota, pero no demasiados golpes externos. Por dentro sí que presenta más desperfectos, síntoma de que pudo estar varado durante bastantes horas.
Ángel Manuel Gutiérrez, natural de Colindres, vive con su padre en esta villa marinera. Está soltero y tiene dos hermanos. Familiares del desaparecido paseaban sin rumbo ayer por la tarde por el puerto, haciéndose preguntas y agotando la esperanza de que fuera encontrado antes de que cayera la noche. Pero no fue posible. Hoy presentarán la correspondiente denuncia por su desaparición.
Nadie tenía ganas de hablar. Ni familia, ni amigos ni vecinos ni otros pescadores. No había respuestas y la espera es angustiosa. El único que sabe lo que pasó, el pequeño ‘Fandango’, está atracado silente en el último pantalán del puerto de Colindres, alejado de las miradas de los curiosos.
Ocho muertes en 2015
El pasado año fallecieron, al menos, ocho personas en Cantabria por
incidentes en la mar. En marzo fue un pescador que volcó su barco en la
barra de Suances y terminó ahogado. En abril le siguieron un buceador en
Ontón y un preso recién liberado que se ahogó en la playa de Somo.
Otras dos personas murieron en circunstancias similares en junio: un
pescador en San Vicente y un buceador de 16 años que hacía pesca
submarina en El Bocal. En julio fue un turista quien perdió la vida en
la playa de Comillas. En octubre, en Costa Quebrada, un pescador de
Polanco murió tras caer al agua desde los acantilados de Miengo. Y el
último fallecido, hasta el momento, es un hombre de 40 años que murió
ahogado el pasado 27 de diciembre tras caer al mar mientras pescaba
igualmente en los acantilados de Costa Quebrada, cerca de la playa de
Somocuevas (Liencres).