Los equipos de rescate han logrado recuperar con vida a otras cuatro personas de entre los escombros del hotel devastado el miércoles por un alud de nieve en el centro de Italia. Hacia las tres de la mañana del sábado, los bomberos han anunciado el rescate de dos mujeres y dos hombre, que se unen a los cuatro niños y la mujer salvados el viernes.
Dos de los diez supervivientes de los que se tiene constancia siguen aún prisioneros del hotel Rigopiano, sepultado por una montaña de nieve, dos días después del drama. Los socorristas están en contacto con ellos gracias a una sonda telescópica, que les permite verlos en el interior de la construcción, y buscan incansablemente a más de 15 desaparecidos que aún no han dado muestras de vida.
La madrugada del sábado, durante el rescate, los servicios de emergencia encontraban igualmente el cuerpo sin vida de dos mujeres y un hombre, y a primera hora de la mañana sacaban de los escombros a otras dos fallecidas, lo que eleva el balance provisional de víctimas mortales recuperadas a siete.
Una mujer y cuatro niños lograban escapar de los escombros el viernes, todos ellos trasladados al hospital de Pescara, el más cercano. El grupo jugaba al billar en una sala, y eso parece ser lo que les ha salvado la vida, ha explicado a los socorristas uno de los menores. La ropa de invierno y los trajes de ski han permitido a los supervivientes aguantar bajo los escombros, han explicado a los medios los médicos del hospital de Pescara. Además, la nieve ha provocado un efecto iglú aislante que ha facilitado que se mantuvieran con vida.
A mediodía del viernes, los equipos de rescate detectaron un primer grupo de seis supervivientes en una bolsa de aire. Durante la tarde, localizaban a otras cuatro personas en otra ubicación del hotel. "¡Es un milagro!", gritaba emocionada ante la prensa la tía de uno de los niños desaparecidos, al conocer que seguía con vida.
Marco Bini, uno de los miembros del equipo de rescate de la Policía que encontró al primer grupo ha relatado cómo, primero vio humo. "Había pequeños fuegos entre los escombros, y donde hay fuego, hay aire, así que empezamos a excavar", ha explicado. Sin embargo, ningún signo de vida emanaba del hotel durante las primeras 24 horas.
Los primeros socorristas llegaron al hotel la noche del miércoles al jueves, tras siete kilómetros de ski bajo el temporal y con la amenaza de nuevas avalanchas. Según sus estimaciones, el establecimiento albergaba a más de 30 clientes, además de a los miembros del personal, en el momento de la catástrofe.
Se tiene constancia de 12 supervivientes. Los primeros rescatados fueron, el jueves, un cliente y un empleado, que se encontraban con la calefacción puesta dentro de un vehículo. Uno de ellos, Giampiero Parete, había salido a coger sus medicamentos del coche. "Sentí el viento y escuché un ruido sordo y muy fuerte de árboles rompiéndose, de troncos rodando ladera abajo. Después, el hotel se derrumbó bajo una inmensa ola de nieve y de trozos de montaña", ha exolkicado a los medios.
Riesgo de nuevas avalanchas
El progreso del rescate, aún muy lento el viernes, es muy complicado, porque la estructura amenaza con derrumbarse en cualquier momento, y la subida de las temperaturas aumenta aún más el riesgo de nuevas avalanchas. El riesgo de aludes es elevado en todo el centro de Italia que, desde hace 10 días, ha venido sufriendo precipitaciones históricas en forma de nieve, y el pasado miércoles fue sacudido por cuatro fuertes terremotos, con intensidades de entre 5,2 y 5,7.
Además de las víctimas del hotel, los seísmos han causado otras cuatro muertes. Tres de los cadáveres se recuperaron el viernes. Más de 7.000 personas se han movilizado para ayudar en las zonas siniestradas a los centenares de vecinos de aldeas que han quedado aisladas. Decenas de miles de hogares están sin electricidad en una región que intentaba aún sobreponerse a los devastadores seísmos de agosto y octubre.