El temporal descargó casi 50 litros por metro cuadrado l El nivel del Nalón en Palomar y el del Eo en San Tirso, en alerta
Después del otoño caluroso y la Navidad amargada por una intensa oleada de incendios forestales, el invierno descargó ayer toda su furia sobre el occidente de Asturias, con fuertes lluvias que rondaron los cincuenta litros por metro cuadrado recogidos en Castropol hasta las ocho de la tarde de ayer y una riada de inundaciones, desbordamientos y desprendimientos de tierras que cortaron calles y carreteras y llegaron a incomunicar durante varias horas la localidad de Riomolín, en Cangas del Narcea. El temporal de los últimos días, que mantiene hoy a la región en alerta más por viento y oleaje que por lluvias, completó las molestias del agua con las de las rachas ventosas que volvieron a figurar ayer entre las más intensas de España. En Cabo Busto (Valdés), las máximas alcanzaron los 117 kilómetros por hora, sólo por detrás de las medidas en Valdezcaray (La Rioja) y Fisterra (La Coruña). Son los coletazos de un frente que ayer provocó graves inundaciones en Galicia, sobre todo en Vigo y La Coruña.La mayor parte de los ríos asturianos se encuentran en niveles normales a excepción del tramo del Nalón que atraviesa Palomar (Ribera de Arriba), que está en alerta, y el Eo, en prealerta y a sólo tres centímetros de la alerta a su paso por San Tirso de Abres.
En Vegadeo, “punto negro” habitual de inundaciones, la céntrica calle Palacio amaneció cubierta por un manto de lodo que dificultó el tránsito de los vecinos por las aceras y dio trabajo añadido a los múltiples negocios comerciales de esta vía. Uno de los más afectados fue el bar Astur, donde la terraza quedó cubierta de barro. “Llevamos tres años abiertos aquí y siempre pasa cuando llueve, pero esta vez fue la peor”, precisó su propietaria. Las fuertes lluvias arrastraron tierra y barro de la zona veigueña de Silvela hacia la capital. “A las siete de la mañana esto metía miedo”, comentaba una vecina, afanada en la limpieza. El río Suarón se desbordó también en otros puntos del concejo y la crecida del río Eo se dejó notar en Vegadeo y San Tirso de Abres.
En Tapia hubo varias incidencias durante la mañana, aunque por la tarde la situación se normalizó. Uno de los puntos conflictivos estuvo en el núcleo de A Retela, especialmente en una vivienda que padece las crecidas del río Anguileiro, donde el agua anegó parte de la finca. El río Anguileiro se desbordó en varios puntos y obligó a cortar una carretera local en el pueblo de Casariego.
Las fuertes lluvias de la noche causaron un agrio despertar también en Navia. Las calles se convirtieron por momentos en ríos, los registros de saneamiento en fuentes y los garajes en pequeños pantanos con hasta un palmo de agua acumulada. Un atasco en una de las tuberías principales del saneamiento en la zona de Las Veigas agravó la situación, que fue resuelta por los operarios municipales y por los propios vecinos al mediodía.
Garajes anegados
“Fallaron las tuberías principales del drenaje municipal y subió el nivel del agua, que busca las salidas. Parte de esas salidas son las entradas al garaje”, explica Pablo Miranda, uno de los afectados. La altura del agua llegó a los diez centímetros, anegando plazas de garaje y trasteros en el edificio. Una de las calles céntricas de la villa naviega permaneció también cortada durante buena parte de la mañana y otra con vigilancia de la Policía Local ante la cantidad de agua que alojaba. El desagüe hacia la ría se vio impedido por un atranque en un tramo del saneamiento, que colapsó el sistema y provocó riadas en plena calle. El trabajo de los operarios y la tregua que dieron las lluvias a media tarde ayudaron a aliviar la situación.
En Luarca, las intensas lluvias dejaron inundaciones en una de las calles comerciales de la villa, la avenida de Galicia. Operarios del Ayuntamiento y de la red de agua trabajaron durante toda la mañana para aliviar los sumideros, totalmente colapsados. La normalidad llegó a primera hora de la tarde. En el barrio de las Arroxinas, un argayo cayó el jueves encima de un coche y en Cudillero, los operarios municipales tuvieron que trabajar durante toda la mañana de ayer para desatascar las arquetas de distintas carreteras secundarias del concejo. La peor parte se la llevó la carretera que comunica Villademar y Cudillero.
En Gijón, los bomberos tuvieron que intervenir en varios puntos de la ciudad para retirar un poste de telefonía y dos árboles desplomados sobre la calzada.