1100 bomberos luchan contra las llamas, que ya han calcinado 7800 hectáreas y han obligado a evacuar a 10 000 personas.
Durante la
madrugada, han conseguido contener el avance del fuego, pero se
enfrentan a una jornada más calurosa y más seca.
Francia afronta este viernes otra dura jornada de lucha contra los incendios, activos en varios puntos del país, en particular en el suroeste, donde los bomberos han logrado detener el avance de las llamas en la madrugada, pero la vigilancia sigue siendo máxima.
El subprefecto de Arcachon, Romain Léaustic, ha indicado que el fuego no ha avanzado en el departamento de la Gironda, donde se mantienen las 7400 hectáreas que han ardido desde el pasado martes y las 10 000 personas evacuadas.
El incendio sigue bajo una vigilancia en un perímetro de 40 kilómetros, que no ha evolucionado a lo largo de la madrugada.
La estabilización de la situación ha provocado que haya menos humo en el ambiente, lo que permite mejorar la circulación por la autopista que va hacia la muga de Biriatu, que en los últimos días ha sido cerrada en varias ocasiones.
El subprefecto ha asegurado que se espera la jornada más calurosa de esta oleada de calor, con temperaturas por encima de los 40 grados, por lo que la vigilancia será "extrema" y se intensificará el combate contra las llamas.
"Tememos una jornada complicada porque las temperaturas siguen aumentando y la hidrometría sigue bajando", ha explicado.
Así, ha asegurado que 1100 bomberos trabajan en esa zona y que a lo largo del día se reforzarán con 361 agentes procedentes de diferentes países de Europa que se integrarán de forma inmediata en el dispositivo.
Léaustic ha indicado que los primeros refuerzos procedentes de Alemania y Rumanía llegaron este jueves y que a lo largo de la jornada lo harán otros de Austria y Polonia.
Además, está previsto que se incremente también el combate de las llamas desde el aire, con hasta once aparatos echando agua sobre la zona.