En el apagado quedaron calcinadas, según las estimaciones de Medio Rural, unas120 hectáreas
El incendio, que comenzó el sábado en el concello ourensano de Vilariño de Conso quedó extinguido en la mañana de ayer, tras arrasar en las primeras 24 horas un total de 120 hectáreas de monte y raso, según la Consellería de Medio Rural.
El fuego se inició el sábado en la parroquia de Castiñeira y ha quedado totalmente extinguido en torno a las 11.00 horas de ayer martes. En las tareas de extinción han participado, entre otros 5 helicópteros, 3 aviones, 13 motobombas, 31 brigadas, 10 agentes y 1 pala. Finalmente la mayoría de la zona quemada fue de monte raso y dos hectáreas de arbolado.
Pero no fue el único incendio pues mientras se extinguía el fuego en Vilariño de Conso, el municipio ourensano de A Mezquita volvía a registrar poco después del mediodía de ayer, un nuevo incendio, grave no ya por la intensidad, pues pudo ser controlado con rapidez, sino porque fue el cuarto foco de fuego que se producía en apenas 20 horas, lo cual ratifica la intencionalidad de los mismos.
La imagen cedida por la Brif de Laza, que intervino en la extinción de este intencionado, es la prueba material de que fueron claramente provocados en este caso, pues la vista desde el aire, muestra como el primer incendio que se registró pasadas las 17.00 horas del lunes, presentaba tres foco que prendieron de forma simultánea y con una escasa distancia entre si. Finalmente ayer s se registraba otro incendio forestal en Lobios en torno a las 13.30 horas.
Altas temperaturas
Las altas temperaturas registradas, con máximas de casi 33 grados en la provincia, que fueron las más altas de Galicia y se computaron en Remuiño en Arnoia, casi siete grados por encima de la media gallega.
Este factor, unido vientos que alcanzaron velocidades máximas gallegas que rondaron en algún punto del mapa provincial los 45 kilómetros por hora, y la sequedad del terreno, son factores que aumentan el riesgo y facilitarn la propagación del fuego según los especialistas. Además a ello se suma el aumento de la siniestralidad, cada año coincidiendo con el remate de la siega.
