Llevaba más de un siglo trabajando en la
elaboración de harinas de calidad con 15 trabajadores
La voz de
alarma se producía pasadas las cinco de la madrugada. Unas enormes llamas
salían de la fábrica de Harinas García del Valle que está situada en la avenida
Valladolid de San Esteban de Gormaz. En pocos minutos el fuego afectó a las
tres plantas del edificio, "afortunadamente no trabajaba ningún empleado a
estas horas porque hay 15 trabajadores en la fábrica a día de hoy, por ese motivo
no tenemos que lamentar daños personales que es la mejor noticia dentro de lo
consternados que estamos", explica la alcaldesa del municipio María Luisa
Aguilera.
Se desalojó
de manera preventiva una vivienda próxima al lugar, dentro del recinto de la
fábrica, que pertenece a la familia propietaria de la empresa. Ese inmueble no
ha sufrido ningún daño. "Es una noticia terrible porque la familia de
García del Valle había hecho una fuerte inversión para conseguir ser
competitiva, se había introducido en nuevos mercados, había puesto en marcha
una línea nueva de agricultura ecológica con trigos ecológicos, y había hecho
una apuesta de futuro interesante con buenos resultados, y ahora todo se ve
truncad". Aguilera añade que "evidentemente la familia ahora está planteándose
muchas cosas que deberá pensar en frío, la fábrica ha quedado totalmente
destruida, tendremos que buscar la fórmula de ayudarles para que no se
vayan".
No se conoce
la causa del inicio del fuego todavía, hasta el lugar de los hechos se
desplazaron tres camiones de Bomberos, tres bomberos profesionales y 15
voluntarios de los parques de San Esteban y de El Burgo de Osma.
La fábrica
de Harinas García del Valle sufrió ya un aparatoso incendio en la noche del
lunes 4 al martes 5 de abril de este mismo año, que se saldó sin víctimas ni
personales ni excesivos daños materiales. Aquella noche la suerte y la
casualidad quisieron que uno de los propietarios del negocio, Jaime García de
Cárdenas, estuviera hasta tarde en la oficina preparando una documentación, por
lo que él mismo pudo dar la voz de alarma y comenzar a trabajar en la extinción
del incendio con los extintores de la empresa, hasta la llegada de los
bomberos, evitando daños mayores.
La fábrica
está ubicada en el centro de la localidad ribereña y lleva más de un siglo
trabajando en la elaboración de harinas de calidad, como herederos de un
negocio que comenzó el abuelo de los actuales propietarios, pero en unas
instalaciones que renovó el progenitor de los actuales responsables en los años
cincuenta.