Se repite por segundo año consecutivo en el Ártico un episodio que los
científicos creen que sólo debería suceder “una vez cada mil años”
Las temperaturas en el Polo Norte subieron de forma destacada este jueves, hasta situarse casi cerca del punto de derretimiento, a consecuencia de un “inusual” frente de aire cálido que se ha posado en una región del Ártico que normalmente está congelada.
Según ha informado el Instituto Meteorológico Noruego, las
temperaturas del aire en el Polo Norte han subido cerca de 25 grados y
el jueves eran de unos -4 grados centígrados alrededor del mediodía, con
ventisca, y llegó a marcar los cero grados.
El clima habitual es cercano a -30 grados centígrados, según con los
datos de la boya situada en el Océano Ártico al norte de la isla noruega
de Spitsbergen.
Desde el Instituto Meteorológico Noruego explican que se ha producido
una baja presión entre Groenlandia y Spitsbergen y se ha generado una
corriente de aire más caliente de lo normal que es “muy poderosa”.
El Instituto de Meteorología Danés, por su parte, señala que este
tipo de alza en las temperaturas del Ártico “se está volviendo cada vez
más frecuente” porque hay una “decreciente capa de hielo en el mar, por
lo que el agua debajo está más cálida”.
Y es que el hielo del océano Ártico está en un mínimo histórico para
esta época del año, según las mediciones del del Centro Nacional de
Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos.
A nivel mundial, parece ser que el año 2016 se convertirá en el más
cálido jamás registrado, debido principalmente a las emisiones de gases
de efecto invernadero que genera la actividad humana y por el potente
fenómeno climático El Niño en el océano Pacífico.
En la región ártica este calentamiento es el doble del promedio
global, interrumpiendo la caza a los pueblos nativos y amenazando a
criaturas como los osos polares, mientras se abre la región a más
navegación y exploración en busca de petróleo y gas.
Las temperaturas de noviembre y diciembre en el Ártico han sido 5 grados
superiores a la media. Friederike Otto, investigador del Instituto del
Cambio Climático de Oxford, ha explicado a la BBC que una ola de calor
como la que está sufriendo el Ártico “deberían de producirse una vez
cada mil años”. Sin embargo, el año pasado en el Polo Norte también se
registraron temperaturas cercanas a cero grados.