Según algunos de los profesionales que allí trabajan, es el mayor atasco que se ha vivido hasta la fecha
Una imagen simboliza la situación que ayer se vivió en las urgencias del nuevo hospital de Vigo. Es la de personas enfermas en sillas de ruedas, esperando una atención médica y aparcadas en medio de un enorme pasillo. Ayer había una decena que recordaban a la situación que se vivía cada invierno en el Xeral y en el Meixoeiro y que fue una de las razones de más peso para que se construyese el Álvaro Cunqueiro.Un total de 272 enfermos estaban aglutinados al mismo tiempo ayer por la tarde en las urgencias del hospital, en el que, según algunos de los profesionales que allí trabajan, es el mayor atasco que se ha vivido hasta la fecha. Para entender ese dato, hay que tener en cuenta otros dos. En un día normal, las urgencias del Cunqueiro atienden a 342 adultos; pero eso ocurre a lo largo de 24 horas; ayer eran 272 a la vez, sumando los pacientes pendientes del triaje o valoración inicial, los que esperan a entrar en un box, los que ya han sido atendidos y están aguardando resultados, los que tienen un tratamiento y están en evolución o los que van a ser ingresados. El otro dato: en un día convencional de estas fechas a las nueve de la noche debería haber 80 enfermos menos.
«No ha sido necesario tomar medidas excepcionales ni abrir más camas», aseguró un portavoz del Servizo Galego de Saúde, que reconoció que la situación era inusitada. El Sergas lo atribuye a que «se produjeron muchas entradas en muy poco tiempo». Pero la misma fuente aseguró que todos los enfermos pendientes de ingresar tenían cama asignada y también que, a pesar del puente, en urgencias estaban trabajando todos los médicos del turno (13).