El Ayuntamiento de Huesca, del que depende este barrio rural, ha empezado a limpiar las zonas anegadas por 20 centímetros de grava y barro
Una fuerte tormenta caída la noche del martes al miércoles, que dejó 139 litros por metro cuadrado en apenas dos horas, causó numerosas afecciones en Apiés, una pedanía de Huesca situada a poco más de 8 kilómetros de la capital oscense. El alcalde, Luis Felipe, se ha desplazado esta mañana al pueblo para conocer in situ los daños, acompañado por el alcalde pedáneo de este barrio rural, Mariano Allué.La Diputación Provincial ha desplazado maquinaria para limpiar la carretera entre Apiés y Sabayés, mientras que el Ayuntamiento de Huesca ha iniciado de forma urgente la contratación del arreglo de los caminos y calles dañadas con la intención de iniciar los trabajos de forma inmediata. También los bomberos también han estado achicando agua de casas particulares ya que ha habido inundaciones en bodegas y bajeras, "aunque para lo que podría haber pasado, es lo mínimo", ha afirmado Mariano Allué, aliviado de que al menos no haya habido que lamentar daños personales.
También ha resultado afectado el lavadero y su entorno, que ha quedado totalmente anegado, y el parque infantil "que está con cuatro dedos de barro por encima". Además, el bombeo de agua potable desde el río Flumen se ha detenido debido a la turbidez, por lo que en estos momentos el pueblo se está abasteciendo del depósito.
Proyecto para desviar las aguas, pendiente
Mariano Allué ha recordado que hay un proyecto para desviar los cauces que llegan desde Sabayés a unos 500 metros por encima de Apiés para evitar este tipo de inundaciones "pero no llega nunca porque está incluido también en el plan de restitución del embalse de Montearagón", que lleva años pendiente de ejecución. En este sentido, ha afirmado que el alcalde de Huesca, Luis Felipe, le ha transmitido el compromiso de volver a trasladar la reivindicación al Gobierno de Aragón para intentar agilizar esta actuación que debería financiar el Ministerio.
El alcalde pedáneo ha asegurado que ha sido la peor inundación que han sufrido hasta ahora "porque normalmente cuando hay una tormenta bajan arrastres pero se quedan a unos 30 o 40 metros de la entrada al pueblo, pero esta vez se ha metido por todas las calles". Y ha admitido que vivieron la tromba "con miedo". "En mi casa retumbaban los cristales con los truenos".