La primera localidad fue la más afectada, ya que el agua entró con fuerza en el monasterio cisterciense y en diversos negocios y arrastró varios vehículos
La zona sureste de la provincia sufrió en la tarde de ayer una fuerte tormenta que conllevó el desbordamiento de algunos arroyos, que anegaron las calles de algunas localidades. Principalmente afectada resultó Santa María de Huerta, donde la fuerza del agua la hizo entrar en el monasterio cisterciense, que en junio de 2015 sufrió un episodio que, al igual que en la tarde de ayer, acabó con el derribo de una parte del muro que lo rodea.Una fuerte tromba de granizo sorprendió ayer a Santa María de Huerta, pasadas las seis de la tarde, en medio de las celebraciones de las fiestas patronales. La tormenta cayó durante más de media hora con una gran virulencia. El problema fue similar al que vivieron los hortenses hace tres años. La tormenta fue también muy fuerte en la localidad próxima de Torrehermosa (Zaragoza) y el agua acumulada en el pueblo se liberó a través de un barranco hasta llegar al barrio del monasterio.
Según explicaron fuentes vecinales, el agua reventó una parte del recinto amurallado que rodea al edificio religioso e inundó el patio de entrada del mismo. El agua llegó a coger un metro de altura. Cuando se abrieron las puertas se inundaron las calles del barrio. Varios vecinos quedaron atrapados en bares, en la iglesia y en otros locales, a la espera de que el nivel del agua retornase a la normalidad. Sin embargo la situación se complicó con el desbordamiento del río Jalón, a su paso por la localidad, que provocó el arrastre de cuatro coches por las calles. Al cierre de esta edición no se registraron daños personales.
Cuando la lluvia y el granizo amainó, los vecinos colaboraron en la limpieza de barro y agua y todo el material que arrastró la tormenta.
La lluvia sorprendió a los vecinos y visitantes de Santa María cuando se estaba celebrando la subasta de rollos de los hermanos de la Virgen del Destierro, patrona de la localidad, en honor de la que se celebraban las fiestas.
El agua también causó numerosos destrozos en diversos negocios. La carnicería del pueblo resultó muy dañada, como explicó su propietaria. «Está siendo algo exagerado», aseguró aún con la tormenta sobre la localidad. «Hay mucho destrozo, ha dañado toda la tienda, está todo lleno de barro», comentó, mientras estaba «aun temblando». «Se nos ha llevado la puerta de la tienda y tenemos las cosas flotando», indicó.
Al lugar se desplazaron en la tarde de ayer los bomberos de la Diputación Provincial, así como el subdelegado del Gobierno, Miguel Latorre, y la vicepresidenta de la institución provincial, Esther Pérez, para conocer de primera mano la situación y los daños provocados por la tormenta.
Otra de las localidades de la zona sureste de la provincia más afectadas fue Monteagudo de las Vicarías. La tormenta afectó a la vialidad de la carretera CL-116 a causa del deslizamiento de tierras y de balsas de aguas. La situación más complicada estuvo en el kilómetro 74 de la vía, a partir de las 18.50 horas. La situación se normalizó sobre las 20 horas. Los agentes de la Guardia Civil cortaron el tráfico de manera alternativa mientras se realizaron los trabajos de limpieza de la calzada.
El alcalde de la localidad, Carlos González, explicó que fueron diversas las localizaciones dentro del término municipal en las que se acumuló el agua proveniente de los barrancos cercanos al municipio. «En el puente de los ojos, que pasa un arroyo por el que generalmente casi no baja agua, está a punto de desbordarse», explicó, y detalló que se registraron más de «41 litros por metro cuadrado en menos de una hora». Y es que en esa zona también cayó «algo de granizo», lo que dificultó el tráfico rodado en las inmediaciones de la localidad.