El Sol emitió tres llamaradas de nivel medio los días 22 y 23 de
julio, con la más fuerte a las 6.16 GMT el 23 de julio, seguida
de otra sólo 15 minutos más tarde. Han sido las más
fuertes este año.
El Sol se encuentra actualmente en un período de baja actividad,
avanzando hacia lo que se llama el mínimo solar, una fae en la que
hay pocas o no hay erupciones solares, por lo que estas llamaradas
han sido las primeras en ser observadas desde abril. Se clasifican
como llamaradas de fuerza media, sustancialmente menos intensas que
las más potentes erupciones solares, de clase X.
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, que mira el sol
constantemente, capturó imágenes de los eventos. Las llamaradas
solares son explosiones de radiación de gran alcance. Las
radiaciones nocivas de una llamarada no pueden pasar a través de la
atmósfera de la Tierra y afectar físicamente a los seres humanos en
la superficie terrestre. Pero cuando son lo suficientemente intensas,
pueden perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales
GPS y las comunicaciones.
Estas llamaradas se clasificaron como
llamaradas de nivel M, la categoría justo debajo de las llamaradas
más intensas llamaradas, de clase X. El número proporciona más
información acerca de su fuerza. Un M2 es dos veces tan intensa como
un M1, M3 es tres veces más intensa, etc.
De las tres llamaradas:
la primera fue una M5.0, qui alcanzó su punto máximo a las 15:11
GMT el 22 de julio. La segunda y más fuerte fue una M7.6, que
alcanzó su punto máximo a las 6:16 GMT el 23 de julio. La final fue
un M5.5, que se produjo sólo 15 minutos más tarde, a las 6.31 am
GMT.