Una crecida nunca antes registrada del río Iguazú,
que elevó su cauce habitual de 1.500 metros cúbicos por segundo (m3/s) a
más de 45.000, obligó a cerrar la totalidad de los circuitos turísticos
de las cataratas, informó ayer la Administración de Parques Nacionales
(APN).
Las lluvias en toda la cuenca del Iguazú, mayormente
del lado brasilero, hizo que los funcionarios del Parque Nacional
activaran el protocolo de seguridad y cerraran el acceso a la Garganta
del Diablo, el mayor de los saltos de las cataratas.
En el marco de ese protocolo, también comenzaron las
tareas de rebatimiento de las pasarelas desmontables que se extienden
por más de un kilómetro sobre el río Iguazú, para evitar su destrucción
por resistencia a la fuerza del agua.
Las precipitaciones acaecidas en el sur de Brasil
entre el jueves y domingo pasados, en la cuenca del Iguazú, principal
afluente del Paraná, provocaron en consecuencia una rápida crecida de
éste.
La corriente del Paraná hará que en los próximos días
localidades de Misiones y Corrientes sufran graves inundaciones,
advirtió la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
El Paraná ayer aceleró notablemente su ritmo de
creciente hasta en un metro por hora en Brasil, según estableció la
Entidad Binacional Itaipú. Las consecuencias llegarían a Posadas,
capital de Misiones, en la madrugada de hoy.
“El nivel del Paraná, en la estación hidrométrica de
Puente de la Amistad, llegó a una cota de 104 metros a primera hora de
la tarde y durante el resto del día se aguarda que aumente con un metro
por hora y alcance la cota 108 metros”, informó Itaipú en su comunicado,
en el que aclara que esa situación afectará en principio a las costas
de Paraguay y Brasil, y luego descenderá hacia territorio argentino.
Asunción. En Asunción del Paraguay, capital de ese
país, ya unas 3.000 viviendas resultaron inundadas por la crecida del
Paraná, y otras 7.000 familias fueron afectadas por inundaciones del río
Paraguay, en los alrededores de Asunción.
Aldo Saldívar, de la secretaría de emergencia
nacional, dijo ayer a los periodistas que “no sólo tenemos la obligación
de ayudar a los damnificados del Paraná sino, además, a las 7.000
familias afectadas por la crecida del Paraguay”.
El comportamiento de los cursos del Iguazú y del
Paraná, que con el río Uruguay rodean a Misiones, se encuentra bajo el
monitoreo de la Prefectura Naval Argentina (PNA), la Entidad Binacional
Yacyretá (EBY) y la Oficina de Prevención de Desastres Naturales de
Posadas (Opad).
En los puertos de Libertad, Eldorado y Libertador San
Martín, en territorio de Misiones, se verificó el aumento del nivel del
Paraná, confirmó la Prefectura, cuyas consecuencias llegarían a Posadas
con las primeras horas de hoy.
En ese caso, la creciente no superaría el estado de
“alerta” que dispone la Prefectura para las situaciones que no afectan
asentamientos poblaciones, pero sí tendría incidencia en la navegación y
en la operación de la represa Yacyretá, aguas abajo en territorio de
Corrientes.
La EBY (Yacyretá) advirtió que “la estimación de los
caudales afluentes al embalse durante los próximos días podrán estar por
encima de los verificados a mediados del año 2013”, previéndose una
marca de 5,50 metros entre el miércoles y jueves.
La entidad refirió que el aumento de los niveles
hidrométricos del Paraná “será rápido, principal característica de las
crecientes cuyo origen es el río Iguazú”.
Las modificaciones en el comportamiento de los ríos
comenzaron a evidenciarse “por las copiosas precipitaciones sobre el
extremo norte de Misiones y los estados brasileños de Matto Groso,
Paraná y Santa Catarina, con acumulados de 100 a 150 milímetros”, según
Opad.
En el caso de las cataratas del Iguazú, desde la
concesionaria del servicio recordaron que “en 1992 el río Iguazú
registró una crecida histórica”: primero se incrementó el caudal de
Iguazú y luego el nivel del Paraná con el aporte de aquel.