La tromba de agua caída en
 la tarde-noche del domingo ha tenido nefastas consecuencias para el 
Hospital Universitario de Burgos (HUBU). La zona de acceso al quirófano 
del bloque F, donde se realizan intervenciones de  las especialidades de
 Traumatología y de Neurocirugía se inundó hacia las ocho y media de la 
tarde debido a que la tubería se rebosó al llegar al límite de su 
capacidad, según explicaron fuentes de la empresa concesionaria, 
Eficanza. Los trabajadores intentaron poner a salvo todo el espacio 
afectado con toallas y sábanas y colocando contenedores que fueran 
recogiendo el agua que caía, como puede verse en las imágenes que 
acompañan este texto y en un vídeo que ha corrido de teléfono en 
teléfono por toda la ciudad y que ayer el colectivo Sanidad Pública Sí 
colgaba en su muro de Facebook.
 Otras imágenes de espacios del hospital con cubos de agua y charcos 
también se han hecho virales.  Entre otras, las de la zona de acceso y 
de espera de Radioterapia y Diálisis y el espacio comercial, una de 
cuyas tiendas también se inundó por no poder contener el agua que cayó 
debido a problemas de sellado de su baño. Hasta «ocho o nueve» zonas 
-Eficanza no quiso precisar cuáles- estuvieron afectadas aunque no en 
tanta medida como éstas.
REFUERZO
 La empresa explicó que el próximo viernes por la tarde se procederá a 
reforzar la tubería que ha causado el problema en el área quirúrgica. 
Habrá quién se pregunte por qué esto no se ha hecho antes. De nuevo 
desde Eficanza explican que tiene que ver con las previsiones con las 
que se construye, en este caso la tubería. Esta zona se colapsó por un 
exceso de caudal que tiene que ver con el volumen de agua que entró en 
muy poco tiempo y para el que no estaba preparada. «Es como cuando se 
produce una caravana de coches en una autopista y es porque la demanda 
de vehículos es superior a la prevista», señalaron.
 El resultado de la inundación fue que el bloque F anuló su programación
 quirúrgica ayer. Según indicó la directora médica del HUBU, Carmen 
Rodríguez Pajares, se decidió suspender las intervenciones y 
trasladarlas a otro quirófano. En total, de las 14 operaciones previstas
 se reubicaron 11 en un quirófano para urgencias, según ha podido saber 
DB y se dejaron de hacer 3. La responsable añadió que se espera que el 
miércoles se vuelva a la normalidad en la actividad asistencial.
 En este ínterin el servicio de Medicina Preventiva ha procedido a 
realizar controles de bioseguridad que, en palabras de Rodríguez 
Pajares, «permitan garantizar la actividad quirúrgica con la máxima 
seguridad y evitar efectos adversos posteriores». En cualquier caso, 
precisó que la zona afectada es la de preanestesia, no propiamente el 
quirófano «aunque las condiciones de asepsia son las mismas».
 La espera antes de volver a utilizar los quirófanos es de, al menos, 48
 horas «para que crezcan los hongos y las bacterias». En este sentido, 
el jefe del servicio de Medicina Preventiva, Javier Lozano, añadió que 
se trata de hacer un análisis del aire para buscar  posibles hongos y 
bacterias y en el caso de que se encuentren volver a limpiar de forma 
adecuada toda la zona. Lozano -que ayer por la mañana participó en la 
reunión de la dirección y Eficanza- añadió que esta práctica, que ahora 
se ha realizado de forma extraordinaria por la inundación, se lleva a 
cabo de una manera periódica para asegurar una completa limpieza en 
estas áreas del hospital de tanta sensibilidad.
 El colectivo Sanidad Pública Sí  aseguró ayer en su página de Facebook 
que situaciones semejantes se producen «cada vez que llueve»: «Esta es 
una mas de las múltiples deficiencias que la Junta de Castilla y León 
debería estar recogiendo para plantear a la empresa su responsabilidad e
 incumplimientos e iniciar ya las negociaciones para la recuperación del
 hospital».