Agentes de la Brigada de Investigación de Delitos Ambientales y 
Guardia Civil recaban información en la zona para determinar las causas 
por las que se originó el fuego.
«Había una mujer llorando porque no podía salir de su casa; tenía 
caballos y había fuego por arriba y por abajo». Fue una de las escenas 
que presenció con impotencia Rubén Corbalán, gerente de la Venta del 
Garruchal, quien junto a otros vecinos de la zona se vio obligado ayer a
 luchar contra un incendio forestal que arrasó más de 45 hectáreas del 
Puerto del Garruchal. «Estábamos asustados; teníamos las llamas a 500 
metros del restaurante». Su negocio no terminó reducido a cenizas 
gracias a la intervención de 110 efectivos del Plan Informur.
Los servicios de emergencias dieron por controlado el fuego a las 
5.15 horas de este sábado, gracias al dispositivo que permaneció durante
 toda la noche en el lugar del incendio asegurando el perímetro y 
refrescando la zona calcinada. La Brigada de Investigación de Delitos 
Ambientales (BRIDA) y Guardia Civil también continúan recabando 
información en la zona para determinar las causas por las que se 
originaron las llamas.
 Peor suerte corrieron los espartos, albaidas y pinos carrascos que 
conforman parte de la vegetación de este enclave, incluido en el espacio
 natural protegido de Carrascoy y El Valle. Las causas del fuego podrían
 ser una quema agrícola o la actuación de un pirómano. «Desde las diez 
de la mañana he estado con la Policía Local para arriba y para abajo», 
relató Rubén. A las 10.30 horas alertó a los bomberos de Murcia de un 
incendio de rastrojos a cincuenta metros del Estrecho del Garruchal. «Lo
 apagamos los vecinos porque era pequeñito». Solo tres horas después, el
 fuego volvió a aflorar en el Cabezo del Buitre, y quince minutos más 
tarde, a las 13.45 horas, hubo otro foco en el Camino de los Puros. 
Rubén fue uno de los vecinos de la zona que telefoneó al 112, a las 
13.49 horas, para volver a alertar del fuego.
 Fuentes de Emergencias detallaron que el origen estaba en zona agrícola,
 en la Finca de Los Olivos, pero «el viento ha favorecido que se 
extienda al monte». El gerente de la Venta el Garruchal fue corriendo 
con otros vecinos para apagar el fuego. «Llevábamos ramas porque solo 
eran diez metros cuadrados de llamas. Seguro que nos tuvimos que cruzar 
con el pirómano». Los bomberos de Murcia llegaron antes al foco de los 
Puros, pero mientras trabajaban en este punto el viento favoreció que 
las llamas se extendiesen desde el Estrecho del Garruchal hasta la Senda
 Bonita. Una zona frecuentada por senderistas y punto habitual de 
excursiones de centros escolares.
Casas aisladas por las llamas 
«La gente estaba muy agobiada», explicó Isabel Pelegrín, coordinadora
 del Centro Medioambiental Fuente Columbares, ubicado en el Puerto del 
Garruchal. «Se sospecha que el fuego ha sido provocado porque a lo largo
 de la mañana ha habido tres conatos». Las altas temperaturas y la masa 
forestal acumulada fueron el combustible perfecto para que las llamas se
 extendiesen con rapidez, obligando a la Dirección General de 
Emergencias a decretar el nivel 1 del Plan Infomur.
La carretera F-13 que une la pedanía murciana de Los Garres con 
Balsicas (Torre Pacheco) tuvo que ser cortada el tráfico, porque las 
llamas campaban a sus anchas a ambos lados de esta vía. El fuego también
 dejó aisladas casas situadas entre el Garruchal y el Camino de los 
Puros, lo que generó nerviosismo entre los propietarios de otros 
inmuebles rodeados de zonas de pinada y mucha masa forestal en la umbría
 de Los Sánchez. Emergencias llegó a plantearse la posibilidad de 
evacuar casas, pero finalmente no fue necesario.
Hidroaviones desde Valencia 
«Nos ha dado miedo porque el viento venía hacia nosotros», comentaba 
un vecino mientras presenciaba las labores de extinción a pie de 
carretera. «Esto no ha sido un cigarrillo». A las 15 horas ya se habían 
movilizados todos los medios aéreos disponibles, porque una gran columna
 gris se divisaba desde la autovía RM-19 en dirección a San Javier, y el
 humo se empezaba a respirar en algunas pedanías de Murcia y por el 
sureste de la capital.
A los helicópteros con base en Alcantarilla, Sierra de la Pila y 
Zarcilla de Ramos, y al bombardero kamov del Ministerio de Agricultura, 
con base en La Alberquilla, se sumaron dos hidroaviones procedentes de 
Valencia. Todos ellos trabajaron a destajo, abasteciéndose de balsas de 
riego de comunidades de regantes de la zona y del Mar Menor.
Las llamas arrasaron cuartos de aperos, afectaron a las vallas de 
varias fincas y calcinaron animales. La Fundación Desarrollo Sostenible 
tuvo que posponer para el próximo lunes la reunión que habían convocado 
ayer para dar a conocer el programa de actividades de sus escuelas de 
verano.
No había vuelta atrás. A las 16.25 horas hubo que decretar el nivel 2
 de alerta porque el fuego seguía ganando terreno. La Delegación del 
Gobierno movilizó a 52 militares de la Unidad Militar de Emergencias 
(UME), con base en Bétera (Valencia).
Tres kilómetros de distancia 
«La hipótesis más lógica es que alguien ha lanzado algo desde el 
coche, porque había un foco en la rambla de Villora y en la de los 
Puros; a un lado y a otro de la carretera», apuntó el presidente de la 
Fundación Desarrollo Sostenible, Emilio Ballester. Los colectivos 
ecologistas presenciaron con dolor cómo las llamas «han penetrado en la 
zona sur de la Sierra de Columbares», incluida en la zona ZEPA del Monte
 del Valle y Sierras de Altaona y Escalona.
Fuentes de los bomberos confirmaron «entre tres y cuatro focos». La 
edil de Seguridad Ciudadana, Lola Sánchez, avanzó que «ya se ha abierto 
una investigación por parte del Seprona de la Guardia Civil» y detalló 
que «entre los focos había hasta tres kilómetros de distancia».
Sánchez presenció las labores de extinción junto al alcalde, José 
Ballesta, y al presidente en funciones de la Comunidad Autónoma, Alberto
 Garre. Las buenas noticias no llegaron hasta las 18.05 horas, cuando el
 director de extinción del incendio forestal lo declaró «estabilizado» y
 se estableció una línea de control de seguridad. De forma que la UME no
 tuvo que intervenir y se restableció el nivel 1 del Plan Infomur.
Pese a todo, los medios aéreos siguieron trabajando y apurando las 
últimas horas de luz, según fuentes de bomberos, «para evitar que el 
viento reavive algún foco». De esa forma, en el Puerto del Garruchal 
permanecieron toda la noche cinco retenes con 30 bomberos. El presidente
 de la Fundación Desarrollo Sostenible alertó a las administraciones del
 riesgo de incendio de cara al verano. «Falta más mantenimiento y 
limpieza para evitar que se acumule masa forestal en los montes».