Una colisión entre un camión y un coche en Saltacaballo ha provocado retenciones de más de cinco kilométros en la vía, que ha permanecido cortada desde las 9.00 de la mañana en dirección a Bilbao
La A-8 ha sido reabierta al tráfico tras casi ocho horas y media cortada por la colisión entre un camión y un coche a la altura de Saltacaballo. El accidente, que ha tenido lugar pasadas las 9.00 horas de este viernes en dirección Bilbao, ha provocado retenciones kilométricas en la zona, a pesar de conceder un paso alternativo a la carretera Nacional para evitarlo. «No han impedido que nos metiéramos en la ratonera», se han quejado los conductores afectados por el siniestro.Como resultado del choque, el camión había volcado lateralmente, ocupando todos los carriles de la autopista, dirección Bilbao, en el punto kilométrico 142. Ambos conductores, un hombre y una mujer, resultaron heridos leves y fueron trasladados en ambulancia al Hospital de Laredo.
Debido a su carga de nitrato (abono), los bomberos han tenido que rociar los vehículos con espuma especial para evitar posibles incendios. El nitrato no se considera mercancía peligrosa, «el problema es que si se mezcla con gasoil puede inflamarse», explica el coordinador de Emergencias Castro, José Manuel Tena.
El conductor del camión, un vecino de Torrelavega, había cargado el tráiler en el puerto de Santander para llevarlo a Huesca. El 112 recibió el aviso a las 9.23 horas y hasta el lugar del accidente se han desplazado bomberos de Castro Urdiales, DYA Cantabria, técnicos de mantenimiento de carreteras, Guardia Civil de Tráfico y servicios de emergencia del 061.
«Es todo un desastre»
Por su parte, los conductores atrapados en el atasco no
podían evitar esta mañana sentir una mezcla explosiva de enfado y
nervios. Su principal crítica ha sido que, en ningún momento, «se nos
avisó de la gravedad del siniestro ni se nos marcó una ruta alternativa
para evitar caer en la ratonera. Un desastre», comentaba Mari Carmen,
cuyo vehículo llevaba casi una hora parado en un punto de los cinco
kilómetros de retenciones.Tan sólo una señal luminosa, que mostraba un prohibido el paso, daba la alerta a los conductores a la altura de Castro Urdiales de que algo pasaba. «No sirve para nada. No sabíamos ni la gravedad de la situación ni dónde empezaban las retenciones. Así que sigues tu camino. Cuando llegas al atasco, ya es demasiado tarde», se quejaba esta conductora.
En ese sentido, Mari Carmen apuntaba que debieron ser advertidos de la situación mucho antes del atasco y ser desviados a la Nacional para evitar Saltacaballo. «Solo había un agente que nos recomendaba ir más despacio», se quejaba Robert, otro conductor que también llevaba 45 minutos parado. «Lo peor es que la carretera alternativa también está casi paralizada. No sé cuándo podremos llegar a Bilbao, porque acaban de llegar los de conservación de las carreteras para empezar a cortar el carril izquierdo. Es inaudito», apuntaba desesperado.
