- Los técnicos del Adif intuyen que la interrupción del servicio de trenes con Segovia y Madrid estará suspendido varios días
- Los vecinos reconocen que en la vida habían visto nada igual en cuanto a los destrozos ocasionados por las inundaciones
Las alcantarillas no han aguantado y la ingente cantidad de agua ha desbordado desagües. El agua ha convertido calles en ríos que bajaban con enorme fuerza. Los vecinos han estado pendientes. La Agrupación Protección Civil de El Espinar, en función de la recomendación realizada por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, informaba a primeras horas de la madrugada del corte del acceso a La Estación del Espinar por San Rafael, que también se ha visto damnificado por la cantidad de lluvia caída a lo largo del domingo. La restricción se ha producido a la altura de la estación de Renfe.
En 24 horas, en la zona de El Espinar han caído 123 litros por metro cuadrado. Solo entre la medianoche y las 4 horas de esta madrugada se habían registrado casi 35 litros, según la información facilitada por elespinar.org. Las fuertes rachas de viento también han hecho de las suyas y han derribado vallas y árboles.
Tremendos socavones
Dos socavones a ambos lados de la vía del tren en el apeadero de La
Estación del Espinar dan idea de la magnitud del caos. Ningún servicio
ferroviario ha funcionado y los técnicos del Adif recorren la línea para
dar fe del calibre del problema. El tráfico ferroviario entre
Cercedilla y Segovia está interrumpido, realizándose el trasbordo de
viajeros en autobús.Los corrimientos de tierra y desprendimientos han dejado las vías cubiertas de piedra, barro, maleza y todo lo que la fuerza del agua ha arrastrado.
Por su parte, el firme de varias calles del núcleo de población de La Estación han amanecido con el firme agrietado y levantado. Un desastre. El agua que discurre por el subsuelo ha hecho ceder las capas de conglomerado. Ahora solo hay zanjas y grietas entre el lodo y el agua que sigue corriendo, aunque con mucha menos violencia que en la pasada madrugada.
Los vecinos no recuerdan un suceso así. Muchos consultados por El Norte de Castilla admiten no haber visto en la vida las riadas y la fuerza con la que han arrastrado y se ha llevado por delante farolas y hasta coches, que han quedado atrapados entre maleza y barro.