Un fuerte terremoto de una magnitud de 6,0 grados en la escala de
Richter se registró hoy en la región de la capital japonesa sin que se
hayan producido daños importantes ni emitido una alerta de tsunami,
aunque ha dejado 17 heridos leves.
La Agencia Meteorológica de Japón indicó que el seísmo se produjo a
las 5.18 hora local (20.18 GMT del domingo) con su epicentro en el mar
al norte de la isla de Izu y a unos 120 kilómetros al sur de Tokio.
Tras
informar inicialmente sobre una intensidad 6,2 grados en la escala de
Ritcher, la agencia estatal revisó a la baja el nivel registrado a 6,0
grados.
El hipocentro se situó a unos 160 kilómetros de profundidad, según este organismo.
El
terremoto alcanzó una intensidad de 5 en la escala japonesa cerrada de 7
grados (centrada en las zonas afectadas más que en la intensidad del
temblor) en el distrito tokiota de Chiyoda y de 4 en otros de la capital
como Minato o Shinjuku, sin que se hayan registrado incidencias
importantes.
Se trata del primer seísmo que alcanza el nivel 5 en
la escala japonesa en la zona central de Tokio, desde el devastador
terremoto de marzo de 2011.
Según la televisión pública NHK, el
seísmo ha dejado 17 heridos de consideración leve en el área central de
la capital y en Setagaya y Kanagawa (sur de Tokio), principalmente
personas de edad avanzada que sufrieron caídas.
El seísmo no ha
producido ningún daño material reseñable, y tanto los servicios
ferroviarios como los principales aeropuertos operan con normalidad,
aunque justo después del terremoto se detuvieron temporalmente algunas
líneas de metro o el tren de alta velocidad Shinkasen por motivos de
seguridad, causando retrasos de entre 10 y 15 minutos.
Debido a la
gran profundidad donde se originó el terremoto, "es poco probable que
se produzcan réplicas", según dijo en rueda de prensa el experto de la
Agencia Meteorológica Yohei Hasegawa, en declaraciones recogidas por la
agencia Kyodo.
Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego,
una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con
relativa frecuencia, por lo que las infraestructuras están especialmente
diseñadas para aguantar los temblores.
Japón sufrió el 11 de
marzo de 2011 un terremoto de 9 grados y un tsunami posterior que arrasó
el noreste del país y dejó más de 18.000 muertos y desaparecidos,
además de provocar en la central nuclear de Fukushima la peor catástrofe atómica desde la de Chernóbil en 1986.
A
consecuencia del accidente, el medio centenar de reactores nucleares
que operaban en Japón antes del terremoto permanecen todavía
suspendidos.