Si se cierra la carretera, se cierra el grifo. «Imagínate. Y
en la época del año en la que estamos... ¿Qué hacemos?». El posible
corte de la vía para los pueblos de Camaleño que están río arriba desde
Los Llanos es también el corte de la principal vía de entrada de euros.
Un dato: En los ochenta, de las 34 localidades del municipio únicamente
cuatro contaban con algún negocio de hostelería. «Hoy en día sólo hay
dos o tres que no tengan algo», dice Jesús Prellezo, el presidente de la
agrupación de empresarios del sector en el valle. Bares, restaurantes,
apartamentos, queserías... El turismo manda, con el teleférico de Fuente
Dé y sus 220.000 visitantes al año como referente más visible. Y el
turismo, hasta este lugar del mapa, sólo entra por un sitio.
«Estamos trabajando con la intranquilidad que supone una
noticia como ésta, pero funcionando al cien por cien y con la seguridad
de que nuestras instalaciones son seguras», afirma el director de
Cantur, Julio Muela. No oculta la «enorme repercusión» que para la
economía de esta comarca tendría un corte de carretera. Y la mejor
explicación son los números del teleférico. Más de la mitad de su
facturación total se produce en verano (julio, agosto y la primera
quincena de septiembre), época en la que recibe a un porcentaje superior
al 55% del total de sus visitantes. O sea, que si al año, como media,
220.000 personas suben a bordo, sólo en estos meses la cifra es de unas
130.000. «Además, nosotros, por término medio, multiplicamos por tres
ese número para calcular el impacto total de visitantes sobre la zona».
Es decir, que por cada uno que se sube hay otros dos más que se quedan
en tierra.
«Un miércoles cualquiera, igual te suben hasta allí veinte
autobuses. Alguno viene con el bocadillo, pero otros muchos ya tienen
cerrada un menú-autobús en alguno de los restaurantes de la zona», añade
Prellezo. Más allá de Los Llanos hay unos 30 negocios vinculados a
hostelería que emplean, aproximadamente, a unas 150 personas.
Establecimientos emblemáticos como el Parador Nacional de Fuente Dé, el
hotel Áliva, El Oso... «Ha habido clientes que se han interesado por la
situación. Les hemos dicho que funcionamos con completa normalidad pero
que estamos en contacto con Protección Civil. No podemos, lógicamente,
ocultarles la situación», apunta Muela en torno a Áliva.
«El motor de esta zona es el turismo, que vendría a ser
como un 70% de la economía de la zona. El ganado ha ido bajando y el
turismo creciendo. Muchos vecinos han puesto queserías, apartamentos,
orujerías... Y esa gente defiende todo el año con el verano», describe
Prellezo, que ya recibió la noticia del alcalde respecto a que existe la
posibilidad del cierre de la carretera. «Esto es un volcán que tenemos
aquí», asegura con preocupación. Porque ellos están esperando,
estudiando las opciones... «Quejarme por quejarme no va conmigo. Yo
quiero trabajar, pero si van más adelante las cosas...».