El Ayuntamiento de Reocín se encuentra alerta por sendos
argayos. El más reciente, el que ha surgido en el pueblo de Quijas, se
produjo la semana pasada y dejó reducida la carretera a la mitad. El
otro, en Caranceja, ha aumentado su tamaño con las intensas lluvias de
las últimas semanas y podría poner en peligro una casa, según explicó
ayer el alcalde pedáneo, Andrés Iglesias, que alertó sobre la existencia
del desprendimiento en la localidad, sobre el que opina que «va a
seguir creciendo, seguro».
Aunque el corrimiento de tierra de Caranceja se produjo
hace cuatro años, la preocupación para el pueblo se ha incrementado al
conocer la peligrosidad del que ha aparecido en el pueblo de Sebrango,
que Iglesias opina que, salvando las diferencias de tamaño, es
«prácticamente de las mismas características», eso sí, a diferencia del
lebaniego, en este caso no hay muchas casas cerca.
Ante esta situación, el Ayuntamiento ha encargado un
presupuesto para hacer un estudio, que tendría un coste de unos 6.000
euros.
En la parte superior de la ladera de Caranceja donde se
encuentra la grieta, de unos cien metros de longitud, existe una casa,
que a juicio del pedáneo «puede correr peligro», pero lo más preocupante
para la Junta Vecinal es que, tal y como ha quedado el estado del
terreno con la lluvia, el agua, que no discurre por la ladera, baja más
rápidamente y termina estancada la parte de abajo del pueblo, como
sucedió la semana pasada. Momento en el cual algunos abandonaron sus
casas por el miedo a sufrir nuevas inundaciones.
Cuando se produjo la grieta, la carretera, asfaltada, que
bordeaba la ladera y daba acceso a la braña de San Roque quedó
destrozada, por lo que los dueños de dos parcelas situadas en la zona
del derrumbe cedieron un trozo de terreno para que pasara un nuevo
camino. Andrés Iglesias ha explicado que la intención es que cuando el
asunto quede zanjado se eche tierra vegetal en la zona para devolvérselo
a sus dueños en su estado original.
Respuesta municipal
Por su parte, el alcalde del municipio, Miguel García
Cayuso, que recordó que cuando llegó al cargo «ya estaba así», restó
importancia a la situación al recordar que «cuando se vino abajo, se
estabilizó y así está», tras lo que recalcó que «los vehículos pueden
circular». Sin embargo, García Cayuso se mostró más preocupado por otro
argayo que se produjo la semana pasada en la localidad de Quijas,
concretamente en una curva de la subida hacia El Burco, por donde afirma
el alcalde que el autobús escolar no puede pasar al haberse venido
abajo la mitad de la carretera. Una situación que el regidor municipal
tildó de «peligrosa», por lo que ha encargado el inicio de los trabajos
«por la vía de la tramitación de urgencia, y probablemente hoy
comiencen», como ha explicado.