Los geólogos tuvieron ayer el mejor día desde que el
domingo se desplazaron hasta Camaleño para estudiar y vigilar el argayo
que amenaza con caer sobre la carretera CA-185 que une las locaoidades
de Potes y Fuente Dé. No llovió y eso, además de facilitar su tarea para
trabajar sobre el terreno, quitó aporte de agua a la lengua de tierra y
rocas que se mueve vacilante por los aledaños de Sebrango. Ahora y con
todas las reservas, el pueblo de Los Llanos parece quedar fuera de la
traza de su recorrido, para consuelo de sus habitantes.
Eso fue lo que el jueves alivió a los vecinos. Dentro de la
tragedia que viven -desalojados y sin fecha de regreso- por primera vez
se les encendía una luz verde de esperanza al escuchar que el núcleo de
Los Llanos corría menos riesgo. Y ayer cobró más intensidad cuando el
geólogo Alberto González les refrendó que el desplazamiento del alud que
apunta hacia su pueblo «pierde intensidad».
En la reunión que mantiene a diario con los vecinos, el
geólogo no les ocultó que persiste el nivel de peligrosidad y que el
argayo mantiene dos componentes de desplazamiento. Pero también les hizo
ver que una de esas fuerzas, justo la que se desplazaría hacia el
núcleo urbano, es más reducida y secundaria en relación al otro
componente, que es el que se orienta y tira hacia el barranco de Las
Argayás, a las afueras del pueblo y más que previsible punto de impacto
del argayo.
Así es como apuntan los análisis que los geólogos y
técnicos vienen realizando sobre el terreno a base de controles,
sensores y mediciones. En vehículos de apoyo y de la Guardia Civil, los
geólogos se desplazan mañana y tarde para observar y medir grietas y
tomar medidas desde diferentes posiciones «para ver la actividad del
movimiento». Y así continuarán hoy, «encima de ello», con el fin de
desentrañar la suerte que guarda el argayo.
Realojo
Según un informe del Gobierno, se cifra en 4 metros por día
el avance en superficie de uno de los flancos, y de 13 metros por día
en el frente. Además, se indica que un estudio técnico más detallado
permite concluir que el movimiento que se dirige hacia Los Llanos «no
afectaría al barrio de San Roque», por lo que ha sido excluida de la
zona de riesgo, una situación que permite el realojo de dos familias.
Fuera de esa zona, el otro frente en el que se trabaja de
forma intensa es en la reparación y acondicionamiento de los caminos
alternativos a la carretera principal. Uno de los frentes es la pista
entre Redo y Tanarrio, que permitirá que Mogrovejo no quede aislado y
pueda conectarse con la carretera principal del valle. El otro camino en
el que trabajan las máquinas para ensanchar y acondicionar su traza es
el que une Los Llanos con Camaleño por la margen derecha del río. Se
trata del pricipal, pues es el que daría vida y paso a los 16 pueblos
que están por encima de Los Llanos.
También ayer visitó la zona el Delegado del Gobierno,
Samuel Ruiz, para felicitar por el trabajo que están realizando los
integrantes de las distintas unidades desplazadas hasta Camaleño, en
concreto de las unidades del Greim (Grupo de Rescate e Intervención en
Montaña), de Seguridad Ciudadana, de Tráfico y de la Usecic (Unidad de
Seguridad Ciudadana de la Comandancia).
Lo hizo acompañado del coronel-jefe de la Guardia Civil, Justo Chamorro, y de varios ediles del municipio.