"Tenemos buenas noticias. El número correcto es ahora 24", ha declarado Amy Elliott, una jefa administrativa del Centro Médico de Oklahoma. En un primer momento, informaron de 51 cuerpos recuperados y 40 por rescatar, por eso la cifra inicial se elevó a 91. Sobre los 40 cadáveres no han dado más datos.
"Hubo mucho caos", ha reconocido Elliot, que ha explicado que el baile de cifras se debe a que los cuerpos fueron contados dos veces.
Oklahoma City se convirtió en cuestión de minutos en una zona de guerra. El tornado, de dos kilómetros de ancho, ha afectado a los suburbios del área sur de la ciudad, donde a lo largo de 12 kilómetros, entre las poblaciones de Newcastle a Moore, han quedado arrasadas multitud de viviendas. Según el New York Times, el tornado tocó tierra a las 14:56 horas, 16 minutos después de la primera alerta, y duró aproximadamente 40 minutos.
El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) ha señalado, en sus primeras estimaciones, que fue un tornado de categoría EF4, la segunda máxima, con vientos de hasta 320 kilómetros por hora.
Según CNN, más de 38.000 clientes se han quedado sin electricidad en Oklahoma, y el suburbio de Moore carece de agua corriente. Las autoridades han advertido además que se esperan aún fuertes vientos y una tormenta, que pueden agravar las condiciones en Oklahoma City.
Una escuela, en el camino del tornado
Al menos siete de los niños han fallecido en la escuela, donde en el momento de la llegada del tornado había 75 personas, entre profesores y alumnos, entre los 5 y 8 años de edad.
Todos los testimonios coinciden en afirmar que esta es la peor catástrofe natural que ha sufrido la ciudad de Oklahoma en su historia, y mayor desde que en 1999 una tormenta matara a 40 personas.
Jeff Alger, trabajador de una empresa petrolera, relata como su esposa Sofía sacó a sus tres hijos de la escuela cuando oyó que se acercaba un tornado y huyeron de Moore. "Ni siquiera tuvieron tiempo para coger los zapatos", ha dicho Alger a la agencia Reuters. La casa ha quedado destrozada y Sofía era atendida en el hospital para extraerle cristales de los pies.
Ninia Lay, de 48 años, sobrevivió refugiada en un armario. "Estaba escondida en un armario y escuché algo como si se acercara un tren", ha explicado. La casa fue arrasada y Lay aguantó en el armario bajo los escombros hasta que su marido y los equipos de emergencias la encontraron. "Doy gracias a Dios por mi teléfono móvil, llamé a mi marido para pedir ayuda".
Su hija Catherine, de 7 años, estaba en la escuela Plaza Towers y se encerró en un baño con otros compañeros y profesores. Tan solo tiene algunos cortes.
"Toda la ciudad parece un campo de escombros", ha declarado a la NBC Glenn Lewis, alcalde de Moore. "Parece que hemos perdido un hospital. Hace un rato he pasado con el coche y está casi destruido".
Obama declara el estado de emergencia El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha declarado el suceso como "gran catástrofe" (lo que equivale al estado de emergencia) y ha ordenado ayuda federal como suplemento a las fuerzas estatales y locales de recuperación, según ha informado la Casa Blanca.
El comunicado de la Casa Blanca ha especificado que la ayuda incluye subvenciones para alojamientos provisionales, reparaciones de hogares, propiedades que no cubran los seguros y recuperación de otros bienes.
Washington ha explicado también que Obama se ha puesto en contacto por vía telefónica con la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin.
El de Oklahoma es también uno de los tornados más mortíferos registrados en EE.UU. desde 1980. El más grave ocurrido en EEUU desde esa fecha, de categoría EF5, se produjo el 22 de mayo de 2011 y, con vientos de 320 kilómetros por hora, dejó a su paso 151 muertos, 900 heridos y 44 desaparecidos en la ciudad de Joplin (Misuri).
Los tornados se miden por la escala Fujita mejorada o escala EF, según los daños que ocasionan, y van desde EF0 (vientos de entre 105 y 137 kilómetros por hora y daños leves) hasta EF5 (vientos de entre 200 y más de 322 kilómetros por hora y daños devastadores).