Los encharcamientos y las altas temperaturas son el mejor caldo de cultivo para la proliferación del insecto
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha alertado del «riesgo alto» de dengue y zika en la zona del Mediterráneo español tras el paso de la gota fría y las altas temperaturas registradas después de estos eventos meteorológicos, pues «son el mejor caldo de cultivo para la rápida proliferación del mosquito tigre», que representa uno de los vectores más importantes de estas dos enfermedades.A través de un comunicado, estos expertos advierten de una «masiva plaga» de mosquitos tigre ('Aedes Albopictus'). «El avance del mosquito tigre en el Mediterráneo es ya imparable, y su expansión en los últimos días, gracias a la humedad y el calor tras el último episodio de gota fría, ha sido meteórica», alertan.
«Los encharcamientos que todavía permanecen tras las fuertes lluvias caídas en toda la zona del Levante constituyen, junto con las altas temperaturas que han sucedido a la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), el mejor y mayor caldo de cultivo para la proliferación del mosquito tigre. Esta situación va a suponer un impulso en la expansión de este mosquito en una zona ya especialmente afectada por su presencia, lo que constituye un riesgo a tener muy en cuenta», asegura su directora general, Milagros Fernández de Lezeta.
El mosquito tigre es uno de los principales vectores transmisores de enfermedades como el dengue, el chikungunya y el zika, el virus que afectó a América Latina en 2016, tras acabar con la vida de miles de personas y provocar cientos de casos de microcefalia en recién nacidos.
Por ello, desde ANECPLA resaltan la importancia de incrementar los niveles de prevención en relación a la expansión del mosquito tigre, pero también «es de la máxima importancia mantener una alerta constante ante una posible incursión de otra especie de mosquito, también transmisor del zika, como es el 'Aedes aegypti'».
Para Fernández de Lezeta, es «de vital importancia» reforzar las medidas de control, tanto por parte de las Administraciones Públicas como de la población en general, a fin de «intentar contener al máximo la presencia de esta especie y frenar su propagación». «Esta reducción y control del mosquito tigre incluiría alertas, coordinación entre los distintos agentes implicados y los tratamientos necesarios para una buena gestión medioambiental que evite su presencia y disminuya su población en humedales y otros hábitats», concluye.
