SIRE

SIRE
SERVICIO DE INFORMACION RADIO EMERGENCIA

martes, 17 de octubre de 2017

INCENDIOS SIN CONTROL DESATAN LA PESADILLA EN ASTURIAS


Los 500 efectivos de emergencias, incluidos 150 soldados, se vieron incapaces de apagar los fuegos de Seroiro (Ibias) y Fondos de Vega (Degaña)

 Una capa de humo y cenizas eclipsó el amanecer en Asturias, se elevó hasta 5.000 metros de altura, alcanzó Londres y puso en prealerta a Gijón 

 El Principado de Asturias contabiliza a estas horas 21 incendios forestales en 9 concejos de la región


Asturias vivió ayer lo más cercano a una pesadilla post apocalíptica. La región amaneció bajo una capa de humo y ceniza empujados por el viento del sur desde el Suroccidente, que ardió por lo cuatro costados. Los incendios de Seroiro (Ibias) y Fondos de Vega (Degaña) siguieron avanzando de forma tan descontrolada y caótica que los equipos de emergencia -cerca de medio millar de efectivos, incluidos unos 150 soldados de los batallones de León y Zaragoza de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con ocho medios aéreos, de los que solo pudo volar uno- se vieron forzados a adoptar una actitud defensiva, solo actuando cuando las estaban en riesgo vidas y haciendas, como ocurrió en Cornollo (Allande), donde ardieron tres paneras y un tractor, y un hombre resultó con quemaduras en las manos, por lo que tuvo que ser hospitalizado. "No podemos hacer frente a estos incendios", confesaba a primera hora de la mañana el jefe operativo de los Bomberos del SEPA, Jaime Martín Herrero. "No parece que haya causas naturales: habrá que trabajar con la premisa de que son intencionados", recalcó el Presidente, Javier Fernández.

21 incendios forestales activos

  • ALLANDE (5): Corondeño, Forniellas, Collada, Puerto del Palo y Santiellos/Rebollo
  • CANGAS DEL NARCEA (6): Castil del Moure, Gillón, Fuentes de Corbero, Llamas del Mouro, Porciles y Rañeces de la Sierra.
  • TINEO: (3): Berdules, Rellanos y El Pedregal
  • DEGAÑA (1): Fondos de Vega
  • IBIAS (1): Seroiro
  • TEVERGA (2): Cuña y Sobrevilla
  • SALAS (1): Corriquera
  • CASTROPOL (1): Leirio
  • LENA (1): Buelles

Nadie podrá olvidar la oscuridad anaranjada con la que Asturias amaneció ayer. A las diez y media de la mañana era noche cerrada en Cangas del Narcea y una fina capa de ceniza cubría los vehículos y el pavimento. Los vecinos caminaban como fantasmas en medio de un ambiente asfixiante. Una veintena de centros de este concejo, de Allande, Ibias, Degaña y Tineo decidieron suspender las clases. Unos 2.500 niños y adolescentes se quedaron en casa.

En Oviedo, no empezó a aclarar hasta la una de la tarde. En Gijón se declaró la prealerta atmosférica al superarse los límites de contaminación por partículas en suspensión. Avilés estuvo a punto de llegar a esa situación. Fue tal la angustia de los asturianos que, entre las medianoche y las dos de la tarde, el 112 recibió 2.669 llamadas pidiendo información. Un intenso olor a madera quemada se extendió por toda la región, y eso que la causa del mismo se encontraba a cien kilómetros de distancia, en el Suroccidente. Las cenizas alcanzaron los 16.000 pies de altura, casi cinco kilómetros, según pilotos de Volotea que sobrevolaron Asturias. Los vientos del sur son tan fuertes que han arrastrado el humo de los incendios de Asturias, Galicia y Portugal hasta Londres.

En el Suroccidente, era tal la concentración de humo que el aire tenía un tono blanco-amarillento, irrespirable. A cada lugar que se mirase, una columna de humo, una lengua de fuego. Los vecinos vivieron una noche de pesadilla, asediados por el fuego en Seroiro, Folgueiras, Valvaler, Villalaín, Fonteta o San Salvador. Estos tres últimos núcleos están en el Valledor, en Allande, que ya quedó arrasado en 2011.


Como explicó el jefe supervisor de Bomberos de Asturias, Óscar Rodríguez, al presidente del Principado, Javier Fernández, quien acudió al Pozo de las Mujeres Muertas, puesto de mando de los servicios de extinción, para conocer in situ la situación, "los helicópteros no pudieron volar por las turbulencias, y si el medio aéreo no funciona, no puedes hacer nada". Eduardo Navarro, jefe de zona de Bomberos en el Oriente de Asturias, fue aún más explícito. "No tenemos visibilidad a más de 500 metros. No son frentes espectaculares, pero el fuego esta muy desperdigado. La prioridad, codo con codo con la UME, es ir protegiendo las viviendas allí donde corran peligro", explicó al presidente. Esta actitud llegó a molestar a algunos vecinos, quienes no lograban explicarse por qué no se atacaba el fuego directamente. La razón, era evidente: los bomberos se exponían a quedar atrapados por el fuego.

La noche fue lo peor, con temperaturas de hasta 26 grados y rachas de 60 y 70 kilómetros por hora, que empujaron el fuego por el monte, convertido en yesca. Los vecinos montaron retenes para defenderse del fuego en pueblos como El Tablao, en Degaña, o Fonteta, en Allande.



Unos 50 soldados de la UME habían llegado en la tarde del domingo a Seroiro, procedentes de El Ferral (León), al mando del brigada Nuevo Vara. Ayer, sobre las siete, llegaron procedentes de Zaragoza otros 100, al mando de la teniente Reynolds: un subgrupo táctico, equivalente a dos secciones. A lo largo del día de ayer, los soldados estuvieron apostados en San Salvador y Fonteta, en el Valledor, listos para atacar en el momento en que apareciese el fuego y amenazase las casas.


Las brigadas de refuerzo de Tineo y Lubia (León) también se desplazaron a la zona. Cubrieron el frente vital de Centenales, para evitar que las llamas llegasen al emblemático bosque de Muniellos. También tuvieron que actuar en la parte baja de Seroiro y cerca de Folgueiras, donde a eso de las cuatro de la tarde el fuego rebrotaba con fuerza.

Al otro lado de Muniellos, en el parque de Fuentes del Narcea, la situación se iba normalizando. Los vecinos desalojados de Larón y la Viliella pudieron volver a sus casas, de las que fueron desalojados a última hora de la tarde del domingo. En Valvaler, por la noche, quisieron desalojarlos, pero se opusieron. También tuvieron que dejar sus casas, con gran dolor de corazón, los vecinos de Gillón, en Cangas.

La inversión térmica, con una mayor humedad del aire, hizo que la situación mejorase a lo largo del día, aunque los fuegos se mantenían a última hora de la tarde. Ya solo se confían en las lluvias que llegarán esta madrugada.