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martes, 17 de octubre de 2017

ASCIENDE A 41 MUERTOS POR INCENDIOS EN PORTUGAL


  • La caída de las temperaturas y las lluvias ayudan a controlar los focos activos

  • El último balance de víctimas es de 41 muertos y 71 heridos, de ellos 16 graves

  • El Gobierno de António Costa tendrá que enfrentarse a una moción de censura

  • Hay manifestaciones convocadas en todo el país para el próximo fin de semana


Portugal ha logrado este miércoles controlar la ola de incendios que ha arrasado el centro y norte del país, durante la primera jornada de luto oficial por las decenas de víctimas mortales, en la que los portugueses han empezado a pedir responsabilidades al Gobierno por las tragedias forestales que han dejado este año más de un centenar de víctimas mortales.

El último balance oficial de Protección Civil apunta a que los más de 500 fuegos que se desataron el domingo causaron 41 fallecidos y 71 heridos, de los que 16 están graves. Esas cifras se suman a los 64 muertos y más de 250 heridos que dejó la tragedia de Pedrógão Grande en junio y que ya conomcionó al país.

Moción de censura contra el Gobierno

Controlada la situación sobre el terreno, voces políticas y de la sociedad civil exigen responsabilidades al Gobierno del socialista António Costa que, a raíz de esta tragedia, se tendrá que enfrentar a la primera moción de censura desde que llegó al poder.

Así lo ha anunciado este miércoles el partido democristiano CDS-PP, la cuarta fuerza política de Portugal y la formación más a la derecha del Parlamento nacional.

"Decidimos presentar una moción de censura al Gobierno por un fallo grave a la hora de cumplir la función más básica del Estado: proteger a las personas", ha explicado su líder, Assunção Cristas, quien ha criticado que el Gobierno no ha aprendido de lo que ocurrió hace cuatro meses en Pedrógão Grande.


Críticas de todo el espectro político

La moción de censura se suma a las crecientes críticas al gabinete de António Costa que llegan tanto de partidos de la oposición conservadora como de sus aliados de izquierda en el Parlamento, que le exigen que asuma responsabilidades.

Quien está en la posición más frágil es la ministra de Administración Interna (equivalente a la cartera de Interior), Constança Urbano de Sousa, muy cuestionada desde el incendio de Pedrógão Grande, aunque Costa no ha dejado de reafirmar su confianza en ella.

La continuidad de Urbano de Sousa ha sido discutida incluso por voces socialistas, como es el caso del eurodiputado Francisco Assis, quien este miércoles ha señalado que la dimisión de la ministra es "inevitable", al tiempo que denunciaba que la "reacción política" a la tragedia "fue completamente desastrosa".

Las críticas se dirigen también al cuerpo de Protección Civil, al que se cuestiona por haber reducido los medios de lucha contra el fuego durante el mes de octubre, tradicionalmente con una probabilidad reducida de incendios pero que este año presentaba un riesgo mayor por las condiciones meteorológicas.


El primer ministro, que ha visitado a una de las localidades más afectadas, ha declarado a la prensa sobre la propuesta que todos los partidos tienen ese derecho, que "forma parte de la normalidad de nuestras instituciones".


El descenso de las temperaturas y la llegada de las precipitaciones han ayudado a los cuerpos encargados de la extinción a terminar de controlar los últimos fuegos a primera hora de la mañana, en el primero de los tres días de luto oficial decretados por lo ocurrido.

Pendientes del presidente Rebelo de Sousa

Además, el país se mantiene a la espera de la reacción del presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, que el lunes se limitó a reafirmar la "urgencia de actuar" para estabilizar la oleada de incendios y anunció que, una vez logrado, se dirigirá al país. Lo hará esta misma noche, después de visitar la localidad de Oliveira do Hospital, una de las más perjudicadas por los fuegos.

Antes de esa declaración dirigida a todos los portugueses, hay convocada una vigilia frente a su residencia oficial en Lisboa, el Palacio de Belém, para demandar que acabe la "inacción" ante la tragedia.

A este acto se suman las manifestaciones convocadas en distintos puntos del país para el próximo fin de semana en solidaridad con las víctimas y para exigir una mayor protección de la floresta lusa.

Y en las zonas afectadas, los vecinos empiezan a contabilizar los daños causados por las llamas, que han quemado centenares de casas por todo el país, destruido empresas y calcinado miles de hectáreas de masa forestal en un año negro en el que ya se ha detenido a más de 150 personas como sospechosos de haber provocado un fuego.