Gallegos del Campo y Rozas cierran un día más sus respectivas búsquedas sin hallar ningún indicio del destino de sus vecinos
En las localidades de Gallegos del Campo (Aliste) y Rozas (Sanabria) continúan las búsquedas de Miguel Fernández y Mari Carmen Carracedo, respectivamente. Dos pueblos distintos en dos comarcas diferentes, a más de 50 kilómetros de distancia, que comparten una incertidumbre, la del destino de sus convecinos desaparecidos este fin de semana, pues en ninguno de los dos casos han hallado a estas alturas un indicio concluyente sobre su paradero y, aunque agentes del orden y civiles continúan buscándoles, la desazón crece a medida que pasan los días y las noches sin novedades.La comarca de Aliste sigue volcada en las labores de rastreo para encontrar algún indicio sobre el paradero de Miguel Fernández, de 78 años, que fue visto por última vez en la mañana del viernes. Aún en una jornada laborable como la de ayer, la Guardia Civil contó con la ayuda de unos 80 vecinos de diferentes localidades y agentes de Medio Ambiente, del Seprona y de los bomberos de la Mancomunidad Tierras de Aliste. La zona peinada ayer se extendía desde el cementerio de Gallegos del Campo hasta la Fuente de Manzanera, donde se recibe la cobertura del repetidor de Riofrío (Portugal), que captaba el teléfono móvil de Miguel hasta que se apagó el pasado domingo, pero ni le encontraron a él ni vieron ninguna pista más que les indicara dónde continuar la búsqueda. No obstante, ni su familia ni el pueblo se da por vencido y prevén seguir hoy con el rastreo, probablemente volviendo sobre algunas de las zonas ya peinadas en los últimos días.
En cuanto a Rozas, después de tres días y medio buscando a Mari Carmen en cada rincón del pueblo y por los parajes más cercanos, ayer se ampliaba el radio de búsqueda a otras zonas más alejadas. Aunque esta mujer de 54 años tiene la movilidad reducida y sería extraño que hubiera llegado a a algunos parajes de difícil acceso, la Guardia Civil y los vecinos no quieren dejar ni un solo punto del municipio sin peinar. Incluso bajaron a un valle en el que por la mañana se había visto un buitre para descartar que el cuerpo sin vida de Mari Carmen se encontrar allí. Unos 40 vecinos colaboraban ayer en las labores de búsqueda junto a seis agentes de la Guardia Civil, que durante toda la mañana contaron con el apoyo de los perros de la unidad cinológica.
Estas dos desapariciones sin resolver se suman a la de Felisa Ferrero, una anciana de 91 años que fue vista por última vez en la localidad sanabresa de Robleda la tarde del 31 de julio, y a pesar de que cientos de personas participaron en su búsqueda por caminos, carreteras y montes, nadie ha hallado aún ningún indicio sobre su paradero.
