Los técnicos municipales estaban elaborando un informe para comprobar si las grietas provocadas por unas obras entrañaban riesgos
El edificio agrietado de Tetuán que ha sido desalojado esta misma mañana ha comenzado a colapsar. Por el momento se desconoce si hay víctimas.Los bomberos de Santander bahían desalojado sobre las 09.00 horas el número 57 de la calle El Sol de la capital después de que aparecieran en dos viviendas de los primeros pisos del edificio grietas que podrían entrañar riesgos para su estructura. La hipótesis que manejaba Pedro Nalda, concejal de Seguridad Ciudadana, era que «las obras que se han desarrollado a lo largo de las últimas semanas en la escalera podrían haber tocado partes sensibles del inmueble».
Pero los afectados tienen su propia versión, ya que llevan desde principios de junio advirtiendo de lo que podía pasar.
Según ha contado el presidente de la comunidad de vecinos, las fisuras en las paredes se iniciaron al hilo de las obras de acondicionamiento de la antigua coctelería Master. Este portavoz ha señalado que se han hecho llegar tres escritos oficiales al Ayuntamiento, al que se ha solicitado cada vez la paralización de la obra, tras comprobarse (y así lo atestigua un informe técnico) que se estaban abriendo huecos en la fachada que funciona como muro de carga del inmueble, principal preocupación de los denunciantes.
«El Ayuntamiento ha hecho dejación de funciones», ha apuntado el representante vecinal. «Le avisamos de que el promotor de la obra pidió una licencia para obras menores y está haciendo una obra mayor. Y también advertimos de que el proyecto va firmado por un ingeniero industrial, que en un caso de este tipo no tiene competencias».
Esta comunidad de propietarios acometió en 2016 la instalación de un ascensor «y no se produjo ningún problema porque se cuidaron todos los detalles del proyecto», ha explicado.
Los vecinos que ahora mismo están fuera de sus domicilios y con orden expresa de no entrar en ellos (el edificio está custodiado por la policía local y los bomberos) son alrededor de 30. El bloque data de los años 50 y consta de cinco plantas. En cada una hay tres viviendas, lo que hace un total de 15 pisos desalojados, si bien dos o tres de los mismos no están ocupados actualmente.
Todos los vecinos han tenido que abandonar sus viviendas mientras que los técnicos y el arquitecto municipal estudian la situación. Ahora, como ha explicado a este periódico el concejal de Seguridad, Pedro Nalda, serán ellos los encargados de elaborar un informe al respecto que determine si esas grietas pueden ir a más o si por el contrario no hay peligro y los vecinos pueden volver a sus hogares.