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domingo, 25 de agosto de 2013

INCENDIO DE CUALEDRO PASAN A `PORTUGAL

 Los tres incendios registrados ayer sábado en los municipios colindantes de Cualedro y Monterrei llevaron el fuego hasta los montes de Vilar de Perdices, del vecino Portugal, después de una avance que llegó a originar un frente de llamas de nueve kilómetros, según fuentes del servicio público de extinción.
Tres incendios simultáneos elevaron el nivel de alerta de nuevo en la provincia de Ourense, azotada por los incendios forestales. Uno de los fuegos supera ya las 1.100 hectáreas de monte quemado mientras que el otro foco ha convertido a cenizas cerca de 450 hectáreas, según los datos manejados por incendios 085. El otro fuego, el más pequeño, se dio por controlado esta madrugada a las 5.22 y arrasó con unas 20 hectáreas de terreno. Entre los tres fuegos, 1.570 hectáreas, lo que equivale a más de 3.000 campos de fútbol con las dimensiones de Riazor. A estas mediciones habrá que añadir las superficies quemadas en los últimos cinco días en varios incendios registrados en los montes de otros pueblos de la misma zona como Lucenza y Saceda.
El fuego se extendió merced del fuerte viento imperante, en todas direcciones, hasta amenazar las viviendas de los pueblos de Carzoá, San Martiño, San Millán (en el municipio de Cualedro) y Sandín; y Flariz y Medeiros (en el municipio colindante Monterrei), lo que obligó a mantener el nivel 1 de alerta decretado por la Xunta.
Un tercer fuego comenzó alrededor de las 17.00 horas cerca de una pista en los montes de A Pedrosa (Monterrei), que se extendió hacia A Xironda, y San Millán, A Madenela y el luso monte de Vilar de Perdices, entre otras localidades, según vecinos de la zona.
 Desalojo de animales
La cercanía de las llamas a varias viviendas sacaron a los vecinos de sus casas para luchar contra el fuego con medios domésticos como mangueras y cubos.
Entre Carzoá y San Martiño, igual que entre otros pueblos afectados, el acceso por carretera estuvo cortado mientras el fuego y el humo cruzada de una cuneta a la contraria y tras el paso del fuego, los vecinos pudieron regresar ya por la noche, a sus casas con boca y nariz cubiertos con pañuelos para respirar.
En Medeiros, Javier Fernández Alonso junto con los 200 vecinos que tiene el pueblo durante el verano (el doble que el resto del año), estuvo en el grupo que evitó la llegada del fuego al depósito de propano del colegio público y que desalojó más de cien ovejas de una granja, mientras su propietario luchaba contra las llamas en el cercano pueblo de Saceda, donde salvó los rollos de hierba que tenía almacenados.
Según los bomberos del parque de Verín, al inicio de los fuegos tuvieron que intervenir en dos granjas, una de terneros y otra de gallinas, para evitar que las llamas las destruyesen, además de una leñera construida con bloques a la entrada del pueblo de San Millán.
En el también cercano Sandín, varios vecinos de los cien que viven en el pueblo durante el verano, explicaron a Europa Press que ardió todo menos las personas y las casas. Al respecto, detallaron que el fuego afectó a viñedos, jardines, prados y bosques de robles, plantaciones de pinos de pocos años en un avance muy rápido «en forma de ola de fuego».
En A Xironda, el viento cambió de dirección durante la tarde y expandió las llamas en varios frentes, unos hacia el incendio originado en Cualedro, otros hacia los montes de Videferre y hacia los del vecino Portugal, tras arrasar la maleza que cubría parte del castro de San Millán y bosques autóctonos que lo rodeaban.
Durante la noche, el color negro dominante sólo quedó roto por la luz de las de las llamas que permanecieron vivas en algunos troncos de castaños en pie y en árboles derrumbados por la fuerza del viento y del fuego.
 Efectivos de la UME
Durante la tarde helicópteros con base en Toén, Queimadelos y Laza, entre otros, participaron en los trabajos de extinción junto con bomberos de Verín y brigadas que fueron llegando de toda la provincia de Ourense y de toda Galicia, a lo largo de la noche.
Alrededor de las 21.00 horas se les sumó un convoy de la Unidad Militar de Emergencias que repartió más de cien efectivos, llegados de Marín y León, por el pueblo de San Martiño y los puntos de fuego activos en los montes próximos.
La luz del amanecer dejó a la vista las consecuencias del fuego de toda la noche con viñedos, huertas de verduras y árboles frutales quemados en el camino a Sandín, parcelas de hierba segadas y algunas sin segar quemadas, al tiempo que una espesa capa gris de humo pesaba sobre los bosques quemados, aplastada contra el suelo por el aire aún frío de la noche, en la que las temperaturas bajaron hasta los 5 grados centígrados, después de llegar a los 30 durante el día.
Por su parte, los efectivos de la UME y las brigadas de refuerzo se repartieron por todos los cruces de pistas y carreteras para vigilar de cerca los focos de fuego aún activos, por si la llegada de nuevo del calor, los reactiva.