Ambos fuegos, que a última hora de la tarde de ayer permanecían aún 
activos, constituyen el siniestro más grave del verano por el enorme 
valor de lo quemado. 
Más de 600 hectáreas de terrenos incluidos en la Red Natura,
 dado su gran interés ecológico, habían sido calcinadas a media tarde de
 ayer por dos voraces incendios forestales que afectaban a los 
municipios lucenses de Navia de Suarna y Folgoso do Courel. Los fuegos, que empezaron el sábado, todavía seguían activos.
Más de veinticuatro horas tardaron los equipos de 
extinción en dar por estabilizado el incendio que afectó a la parroquia 
de Ribeira en Navia de Suarna. Lo lograron sobre las siete de la tarde 
de ayer. A esa hora, las llamas ya habían quemado 431 hectáreas, según 
datos de la Xunta y unas 500, según vecinos de la zona.
La magnitud del incendio motivó que al lugar 
acudieran más de cincuenta militares de la Unidad de Emergencias, de las
 bases de Marín y León. Les fueron habilitados el pabellón de deportes y
 el grupo escolar de Navia para darles cabida.
La Xunta también envió al lugar un total de 16 
aeronaves, entre otras razones porque la zona es de complicado acceso 
debido a su orografía. A lo largo del día de ayer trabajaron 35 
brigadas, siete agentes y un técnico. Utilizaron un total de 19 
motobombas.
A diferencia de lo que ocurrió en la jornada del 
sábado, ayer las llamas no se aproximaron a viviendas, según explicaron 
vecinos de Navia. De todos modos, la extinción resultaba complicada como
 consecuencia del viento reinante.
En la sierra de O Courel, el 
incendio permanecía activo y sin controlar cuando la Consellería de 
Medio Rural emitió un comunicado sobre las tareas de extinción a las 
19.30 horas de ayer, exactamente veinticuatro horas después de que se 
declarase el siniestro.
200 hectáreas
La estimación provisional de la superficie quemada 
hasta ese momento es de unas doscientas hectáreas. El área afectada, 
pues, permaneció invariable para la consellería desde el comunicado 
difundido a las nueve y media de la mañana. El fuego ha afectado a una 
zona situada entre las localidades de Seceda, Cortes, Eiriz y Lousadela,
 pero sin amenazar a estos núcleos.
El siniestro se produjo en una zona abrupta y de difícil acceso en el límite entre los municipios de Folgoso do Courel, O Incio y Samos, lo que ha complicado considerablemente los trabajos de extinción.
El territorio se caracteriza por una notable 
biodiversidad vegetal y por la presencia de importantes formaciones 
boscosas, pero hasta ahora no ha sido posible valorar con exactitud los 
daños causados por el fuego. En las tareas de control de este incendio 
han participado veintinueve brigadas, once agentes forestales y dos 
técnicos, con el apoyo de dieciocho motobombas, dos palas, siete 
helicópteros y cuatro aviones.
Afectada la zona del oso pardo y una gran reserva de madroños
El incendio de Navia de Suarna se 
lleva por delante una gran extensión de un importantísimo valor natural.
 Ecologistas que conocen perfectamente la zona se mostraron ayer 
desolados por los efectos del fuego. En este sentido recordaron que todo
 el valle del río Rao, que se vio afectado, forma parte del hábitat del 
oso pardo. En toda la zona existe gran cantidad de cortizos y albarizas 
donde se produce una gran cantidad de miel. Los daños para la apicultura
 son terribles, según explicaron.
A la lista de gravísimos daños hay que sumar las 
reservas de madroños que también quedaron destrozadas por las voraces 
llamas que en algún momento alcanzaron grandes proporciones como 
consecuencia del fuerte viento. El madroño es una especie protegida 
porque se encuentra amenazada. En la zona tenía un hábitat perfecto 
porque el valle del Rao tiene un microclima que proporciona unas 
temperaturas muy benignas.
 Los ecologistas también hicieron referencia a las nefastas consecuencias que el incendio de Navia tendría para la fauna.
Sospechas de que las llamas las provocaron intencionadamente.
Un vecino del municipio de O Courel -que
 prefiere no revelar su identidad- contactó ayer con los agentes 
forestales que trabajaban en la extinción del incendio y con la Guardia 
Civil para comunicarles su sospecha de que el incendio puede haber sido 
intencionado.
Según explica este vecino, el pasado sábado se 
encontraba paseando cerca del lugar donde se inició el fuego y pudo ver 
un vehículo todoterreno estacionado por la zona poco antes de que se 
produjese el incendio. En cierto momento el automóvil arrancó -añade- y 
unos diez o quince minutos después el vecino pudo ver cómo el fuego 
empezaba a propagarse por las cercanías a partir de dos lugares 
diferentes, separados por una escasa distancia y a ambos lados de un 
arroyo que corre por la zona.
El vecino dice que vio el automóvil a una distancia 
aproximada de entre cien y 150 metros y que en ningún momento distinguió
 a sus ocupantes ni la matrícula. «O coche non se me pareceu ao de ninguén que viva por esta zona e supoño que viña de fóra», dice.




