Tres personas continúan hospitalizadas a causa de las heridas provocadas por las llamas, tras una jornada en la que el tiempo complicó seriamente las labores de extinción y sumió a Zamora en otro drama
Un nuevo incendio declarado en el entorno de Villaseco forzó a la Junta a declarar el nivel 2 de riesgo
Zamora sigue envuelta en llamas y enlutada por las muertes que ha provocado el incendio forestal de Losacio. El fuego se cobró este lunes su segunda víctima en menos de 24 horas, con el fallecimiento de Victoriano Antón, un ganadero de Escober de Tábara de 69 años de edad. El cuerpo apareció en un paraje denominado “Raya de los Pozones”, a cuatro kilómetros del pueblo del fallecido. Esta desgracia se une a la que el domingo segó la vida del brigadista Daniel Gullón, que pereció mientras trabajaba en las labores de extinción.
Las muertes han sobrecogido a una provincia totalmente desbordada por el fuego y seriamente amenazada por unas llamas que, este lunes, avanzaron totalmente fuera de control y espoleadas por las condiciones meteorológicas. Ese escenario provocó también la atención de varios profesionales por inhalación de humo y, sobre todo, el traslado al hospital de un trabajador y de un particular que sufrieron quemaduras de consideración. El primero de ellos fue evacuado a Valladolid y el segundo fue derivado a Getafe (Madrid).
El viento, que llegó a superar los 60 kilómetros por hora de manera constante, y a rozar los 100 de manera puntual, puso en aprietos a los efectivos y empujó al fuego en dirección al valle del Tera. El resultado fue una sucesión de pueblos amenazados, con sus consiguientes desalojos; 32 localidades se quedaron vacías ante la posibilidad de que el humo y las llamas se llevaran por delante a la población.
Esa evacuación, que ya había comenzado a última hora del domingo, afectaba en la noche de ayer a más de 5.500 personas, según los datos del censo, aunque el aumento de la población rural en verano dificulta el trabajo de hacer una estimación real de los vecinos que dejaron atrás sus hogares para escapar del fuego. Los primeros en salir se dividieron entre la Ciudad Deportiva de Zamora capital y el pabellón de Carbajales de Alba, aunque la Junta determinó más tarde la utilización del recinto de Ifeza como centro de acogida principal para los afectados.
Ese movimiento convirtió este punto en el centro neurálgico de la tarea de asistencia a los afectados, aunque también se utilizaron algunas residencias y centros educativos, como el IES Alfonso IX, para la atención a los desalojados de mayor edad o con problemas de salud más serios, según especificaron fuentes oficiales consultadas por este medio.
Velocidad inaudita
Hasta esos puntos llegaron las familias, tras verse sorprendidas por una velocidad inaudita en el incendio. A última hora de este lunes, la Junta comunicó el desalojo de Micereces, un pueblo ubicado a unos 40 kilómetros del foco inicial del incendio, un dato que da una idea sobre lo que es ya uno de los fuegos de mayor gravedad de la historia de la provincia y de la comunidad autónoma, según las primeras estimaciones realizadas.
La superficie devastada por el fuego se estimó al término de la mañana del lunes en torno a las 10.000 hectáreas por fuentes de la Junta de Castilla y León, cuando eran 14 los pueblos desalojados en ese momento. Desde entonces, y por el rápido avance durante la tarde, la extensión de las llamas podría haber llegado a las 20.000 hectáreas, según una primera estimación por satélite en la que se aprecia un tamaño cercano al del perímetro del fuego de La Culebra del pasado junio. Aún no se han facilitado datos oficiales por parte de las administraciones.
Otro fuego
Además, por si este incendio fuera poco, a primera hora de la tarde se declaró otro fuego en Villaseco del Pan que solo una hora después pasó a nivel 2, y que provocó el corte de la N-122, entre el kilómetro 470, en Carrascal, y el kilómetro 482, en Ricobayo de Alba. Además, afectó a otras localidades cercanas como Muelas del Pan y Almaraz de Duero, a tan solo 19 kilómetros de Zamora capital, lo que provocó que las llamas se vieran desde la ciudad. En las labores de extinción de este fuego, resultó herido el tercero de los trabajadores hospitalizados.
Con este panorama en la provincia, los ganaderos ya han pedido ayuda en localidades como San Martín de Tábara, donde “no hay ni una pradera de pasto, ni seco, ni verde en todo el término”. Los afectados se encuentran sin forraje ni alimentación para la ganadería.
En otros lugares, se han tratado de salvar también los rebaños, que en caso de sobrevivir ahora se enfrentan a horas críticas, debido al calor y la falta de pastos derivada de los incendios.
Cuatro de los pueblos ya ardieron en junio
De entre los 32 pueblos desalojados durante el domingo y el lunes, esta es la segunda vez que 4 de ellos se ven afectados por las llamas de un incendio en menos de un mes. Ferreras de Abajo, Litos, Melgar de Tera y Pumarejo de Tera ya formaron parte de la lista de municipios afectados en el incendio de La Culebra, cuando 25.000 hectáreas ardieron y parte se encontraban en los términos de estos cuatro municipios territorios, nuevamente alcanzados por un fuego de gran calibre como el de Losacio. El drama regresa para sus vecinos.
En cuanto a la madrugada, la Junta transmitió la posibilidad de vivir “una noche compleja”, sin medios aéreos y con un tiempo aún complicado. Las llamas siguen, por tanto, en los cuatro focos activos que, según el último parte de la Junta, hay actualmente en la provincia de Zamora: Figueruela de Arriba, Roelos, Villaseco del Pan y Losacio han ardido en los últimos días para dibujar un panorama totalmente desolador. Después del drama de junio, la pesadilla continúa, y nadie descarta ya que este mal sueño pueda resultar aún peor.