La Federación de Industria de Comisiones Obreras de Cantabria ha denunciado la situación derivada delbrote de COVID-19 en la fábrica Atunlo, como ya adelantó este medio,situada en el polígono industrial de Santoña y dedicada a la limpieza y procesados de atún y bonito, que comenzó el pasado miércoles y ya afecta a más de una decena de trabajadoras y trabajadores y mantiene a casi cincuenta en cuarentena.
La causa del brote, como ha señalado Diego Aja, Responsable de Salud Laboral de la Federación de Industria de CCOO, no ha sido otra que “la dejadez de la empresa y relajación en cuanto a las medidas de higiene y seguridad”.
Los primeros casos de contagios entre trabajadoras y trabajadores de COVID-19 en Atunlo se detectaron el pasado miércoles. A partir de la aparición de las primeras personas contagiadas, los y las trabajadoras, que vivían en una situación, como señala Aja, de “miedo y desasosiego”, se reunieron con el gerente de la empresa. En ese momento, la empresa inició el protocolo para este caso y puso en conocimiento del Sistema Cántabro de Salud la situación, que ya “se les había empezado a ir de las manos”, como recalca Aja.
La empresa, además, decidió el jueves y en consenso con la mayoría de las 180 personas que forman la plantilla, parar el proceso productivo de forma temporal desde este lunes y hasta el próximo nueve de septiembre. En este momento se tomó la decisión, también, de reprogramar el calendario y aplicar flexibilidad horaria a cuenta de los y las trabajadoras, que deberán recuperar las horas aunque este sea un asunto de salud pública.
La empresa no ha tardado en depurar posibles responsabilidades en relación a este brote y lo ha vinculado a dos celebraciones privadas en las que estaban presentes trabajadores y trabajadoras de la empresa. Desde CCOO, “no se permitirá que se responsabilice a la plantilla de unos contagios que se podrían haber evitado si la empresa cumpliera las medidas de seguridad e higiene que exige la situación actual”.
Como denuncia Aja, cuando estalló la pandemia y en los primeros momentos de confinamiento, el comité de empresa interpuso una reclamación en la Inspección de Trabajo ante la falta de medidas de seguridad en relación al COVID-19. Esta, por su parte, envió varios requerimientos a la empresa por la presencia de numerosas deficiencias. El sindicalista aclara que, en ese momento, “se corrigieron”, pero al finalizar el estado de alarma “comenzó la dejadez por parte de la empresa y se olvidaron las medidas de seguridad”, denuncia. De este modo, concluye Aja, “se dejó de tomar la temperatura a los y las trabajadoras, no hay distancia de seguridad ni en el vestuario ni en el puesto de trabajo y tampoco se han desinfectado las instalaciones”.