Los vecinos salieron rápidamente del bloque. «Empezamos a oler a goma quemada, nos calzamos y bajamos»
Fue una intervención complicada pero en la que no hubo que lamentar daños personales. Los bomberos sofocaron a última hora de la tarde de este lunes un aparatoso incendio que se originó en un bajo de la calle Camposagrado, número 59, y que provocó una densa humareda, visible desde toda la ciudad. «Estábamos en casa y de pronto empezamos a oler a goma quemada, se metía el humo directamente en casa, al mirar por la ventana vimos que salían llamas, así nos calzamos, cogimos al gato y bajamos a la calle», relataba una vecina del primer piso, justo encima del local en el que se produjo el incendio, presumiblemente, debido a un fallo eléctrico.
El bajo, según señalaron los moradores del edificio afectado, alberga un taller en el que se acumula material de obra y de carpintería.
En pocos minutos, y dado el cariz que estaba tomando el incendio, los vecinos de Camposagrado desalojaron de forma inmediata el edificio, muchos sin olvidar a sus mascotas. En uno de los pisos de la primera planta había un perro, pero sus dueños no se encontaban allí. Fue recogido poco tiempo después por un policía local y su propietario.
Una veintena de efectivos
En los trabajos para sofocar el incendio participaron todos los bomberos del turno, hasta una veintena de efectivos. Se trataba de una labor de gran complejidad debido a las caracteríasticas del lugar en el que se había producido. Las labores se prolongaron durante aproximadamente dos horas, una vez que procedieron a ventilar el propio local y también las zonas comunes del edificio. El suceso generó gran expectación en el barrio. Muchos vecinos siguieron las labores de los bomberos desde la calle.
