Los Bombers de la Generalitat han movilizado buena
parte de su flota entre Artesa de Segre, Castellar de la Ribera y
Corbera d'Ebre y cuentan con el apoyo de la UME
Catalunya
padece este jueves la tormenta perfecta de incendios. La coincidencia
de tres grandes fuegos forestales simultáneos en Artesa de Segre,
Castellar de la Ribera (Lleida) y Corbera d'Ebre (Tarragona) en un
contexto climatológico adverso por la ola de calor, han puesto en alerta
roja a todos los cuerpos de emergencia. Cerca de medio millar de
bomberos de la Generalitat, junto a voluntarios y agricultores y vecinos
de las zonas se han movilizado para contener los tres fuegos, que
tienen también delante al personal de la Unidad Militar de Emergencias
(UME) que ha realizado un gran despliegue especialmente en el foco más
peligroso, el de Artesa de Segre. Un cuarto foco complicaría de
sobremanera la situación con escaso margen para los gestores de los
Bombers de la Generalitat.
"Pido
extrema prudencia, no nos podemos permitir ningún otro incendio", ha
avisado el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, desde el Parc
Central dels Bombers en Bellaterra. "No es una situación normal y
tenemos que evitar sí o sí cualquier otro incendio forestal, hay que
frenar cualquier conato", le ha seguido subdirector general operativo de
los Bombers, Xavier Borrell.
Las autoridades han informado de que entre los tres fuegos hay unas
2.000 hectáreas afectadas. La zona más afectada es la de Artesa de
Segre, con 1.300 hectáreas quemadas, aunque ahora "la máxima
preocupación y prioridad" es el incendio de Castellar de la Ribera, ha
advertido Borrell. A pesar de que la afectación ahora mismo no alcanza
las 400 hectáreas, se teme que se convierta en "un incendio muy, muy
grande", según Borrell. "Es donde estamos destinando más energía porque
tiene un potencial muy importante, hay que actuar lo más rápido
posible", ha añadido Elena.
Los bomberos creen que el fuego de Artesa de Segre puede alcanzar las 5.000 hectáreas
Hasta
ahora los principales esfuerzos se centraban en el fuego de Artesa de
Segre, que aunque ya afecta a unas 1.300 hectáreas, se ha podido limitar
su progreso por el flanco este. De este modo, de las 20.000 hectáreas
de afectación proyectadas inicialmente se ha pasado a una estimación de
5.000.
Eso
sí, los Bombers no creen que estas se puedan reducir, porque no pueden
trabajan en el flanco este por la difícil orografía del terreno. "El
objetivo es que no salga de los ejes de confinamiento, que vaya quemando
los siguientes días de manera controlada, pero que no salga de estos
márgenes", ha expuesto Borrell.
Además
de los cuerpos de emergencia, voluntarios y un centenar de agricultores
han apoyado esta mañana a los bomberos labrando el terreno para tratar
de crear cortafuegos contra el avance de las llamas.
Mejores
son las previsiones para el incendio de Corbera d’Ebre, que aunque
también afecta a cerca de 400 hectáreas, está en fase de estabilización.
En concreto, los Bombers han informado de que está perimetrado en un
80%, lo que ha permitido destinar parte de sus recursos a los otros
fuegos que queman en Catalunya.
Bombers
de la Generalitat trabajan con un plan que pasa por tratar de
estabilizar los incendios de Corbera d'Ebre y Castellar de la Ribera,
además de mantener perimetrado el de Artesa de Segre. Todo ello con unas
condiciones climatológicas que siguen siendo adversas: "Prevemos un día
muy duro de calor, con tormentas secas y rayos que pueden generar
pequeños focos", avisaba esta mañana Elena. Este miércoles ya fue así.
Las
autoridades han explicado que este miércoles tuvieron que evacuar a una
veintena de vecinos por el fuego en los núcleos habitados alrededor de
Artesa de Segre, además de una casa de colonias en las que había 54
personas –40 de ellos menores.
Incertidumbre entre los vecinos afectados
En
el bar La Biclicleta de Artesa, una veintena de mujeres desayunan
mientras una llora pensando en la casa de sus padres, en el núcleo de
Baldomar. En la entrada de esa pequeña localidad de poco más de un
centenar de vecinos, una patrulla de los Mossos impide el paso de
vehículos para favorecer el trajín de los vehículos de extinción. El
siguiente pueblo es La Clua, una antigua comuna hippy, en la que apenas
una veintena de inquilios permanecían este jueves confinados por la
proximidad con el frente de llamas. Muchos desalojaron sus casas cuando
vieron que el fuego se acercaba peligrosamente; aunque entre cuatro o
cinco permanecieron siempre en el pueblo pendientes de las casas, la
Iglesia y los animales.
El
incendio empezó el jueves sobre las once de la mañana, en una finca
agrícola de Baldomar, según explicó a La Vanguardia el responsable de
los Agents Rurals de La Noguera, Cosme Barrera. Ayer al mediodía, los
investigadores accedieron a la finca y delimitaron el punto en el que
sin ningún género de dudas empezó uno de los tres focos de fuego que se
desarrollaron en esa zona.
Los
responsables de la explotación trabajaron el miércoles, amontonando el
trigo, pero según declararon a los Agents Rurals durante el jueves no
movieron las máquinas por las condiciones climatológicas tan adversas
que alertaban de temperaturas que alcanzarían los 42 grados, viento y
una tormenta seca acompañada de mucha descarga eléctrica.
"No descartamos ninguna hipótesis", insistía el responsable de los
Agents Rurals que advirtió de esos otros dos focos, en medio del bosque,
a la altura de Rialb, a 32 kilómetros, y que con seguridad provocaron
los rayos.
Desde
la ventana de su casa de Rubió, Vania tiene el frente de llamas a unos
cuatro kilómetros. El paisaje que ahora no le deja ver una densa nube de
humo amarillento y seco, pertenece a la Sierra de Montsec, un parque
natural protegido que con el cambio de la dirección del viento del
jueves por la tarde está siendo pasto de las llamas. "Entiendo que algún
campo de cultivo de algún payés de Os de Balaguer se habrá quemado",
explica el joven al teléfono.
Al
mediodía del viernes, el viento desvió la trayectoria del frente de
llamas, abandonando los núcleos habitados de La Clua y Baldomar y
avanzando con gran velocidad hacia el oeste, entrando sin freno en la
Sierra del Montsec.
Al mediodía del viernes, los responsables de Bombers decidieron
concentrar todos los esfuerzos y potencial de extinción en el fuego de
Castellar de la Ribera, por las circunstancias de ese incendio y los
numerosos nucleos urbanos que salpimentan la zona.