Durante la noche del sábado se iniciaron otros trece focos
El
hidroavión del Ministerio continuará prestando apoyo al operativo
cántabro
«Vamos a peor», resumen desde fuentes del Gobierno regional. Es el
balance de otra noche de sur en la que, lejos de amainar, el número de
fuegos activos en la región ha aumentado.
Trece más, para ser exactos, lo que eleva el total de fuegos que se intenta controlar en este momento a 30.
Desde
la tarde del viernes, cuando comenzó a soplar el viento y como comienza
a ser una lamentable rutina, empezaron a detectarse focos, la cifrá ha
ido variando desde los 39 a los 10 del sábado noche, cuando parecía que
la situación podía controlarse del todo. Pero no ha sido así.
Las
zonas del Pas, Pisueña y el Besaya concentran el mayor número de
incidencias, si bien también se registran casos en Cabuérniga. El
incendió que ayer afectaba a un robledal de alto valor ecológico en
Silió (Molledo), se ha controlado y el más grave de los que se detectan
esta mañana de domingo
está en Monte Caballar entre Cayón y Villafufre.
Es «de bastante intensidad», según señala Antonio Lucio, director de
Medio Natura. Está previsto que el hidroavión enviado por el Ministerio
de Agricultura actúe en este foco desde primera hora.
En total,
el operativo desplegado incluye a 87 guardas y 29 cuadrillas, además de
los efectivos del 112 que desde sus redes sociales hacía hincapie en el
hecho de que estos incendios provocados,
«ponen en riesgo personas e infraestructuras».
La
previsión para el domingo hacía esperar cifras como la que se están
registrando. Un día limpio, de viento sur que mantiene a Cantabria en
riesgo elevado y con un nivel 2 de alerta activado.
El amanecer
iba despertando a los diferentes municipios, desde Torrelavega a
Liérganes, pasando por Miengo o la propia capital, Santander, con
jirones de humo negro dispersos por las zonas altas.
Once de las trece comarcas en las que se divide Cantabria -en cuanto a
extinción de incendios se refiere, están trabajando. Sólo dos se libran,
de momento. La zona costera-central y Valderredible.
61 en dos días
La Consejería de Medio Rural tiene perfectamente analizados los periodos en los que se registran
más incendios forestales en Cantabria. Al contrario de lo que ocurre en otros lugares del país
el momento crítico no es en verano, sino que se concentra en el primer cuatrimestre del año.
Concretamente en los meses de marzo y abril. Este 2019 los pirómanos se
han adelantado unas semanas y han aprovechado la ventana de buen tiempo
y viento sur que en los últimos días ha abierto el invierno para
prender fuego al monte.
Desde el jueves se han registrado hasta 61 focos distintos,
casi siempre en zonas altas de pasto y matorral «sin excesivo valor
ecológico» y alejadas de puntos poblados. Esta cifra seguirá creciendo
hora a hora y por lo menos hasta mañana se mantendrán activas las
alarmas.
Ayer sábado, gran parte de
la región estabaen aviso amarillo o naranja y el domingo,,
con el aumento de las temperaturas -no hay rastro de lluvias en el
medio plazo- y una previsión de rachas más intensas de viento sur,
algunos puntos cercanos a la costa estarán en
alerta roja por riesgo extremo.
«Es muy difícil dar con los autores porque el que lo hace conoce muy bien el monte»
Aunque no existía un peligro inminente, los
escenarios más complicados estuvieron este viernes en Lamasón y Riotuerto.
En el primer municipio, las llamas afectaron al monte Arria, un espacio
de difícil acceso, por lo que se requirió la intervención del
helicóptero del 112. El jueves también tuvieron que actuar los bomberos
en otros puntos como Liérganes, Villacarriedo, Cabezón de la Sal y Los
Corrales de Buelna. En esta última localidad protegieron una vivienda
situada a 50 metros del fuego.
De noche
«Es más o menos
en el mismo sitio donde queman cada año.
Hay pasto, algún árbol bajo, una plantación de eucaliptos...»,
explicaba Alfredo Madrazo, alcalde de Riotuerto, después de estar sobre
el terreno con las cuadrillas en el incendio de Rucandio. «Lo bueno es
que ahora no corre mucho aire y parece que no hay peligro para cuatro
casas cercanas, pero puede cambiar en cualquier momento», contaba el
regidor. El consejero de Medio Rural, Jesús Oria, apuntaba que muchas de
las quemas se realizan a partir de las siete de la tarde, cuando ya es
de noche y los medios aéreos no funcionan.
«Es muy difícil dar con los autores, porque el que lo hace conoce bien el monte»,
afirma Oria, quien asegura que en ocasiones hay una clara
intencionalidad y en otras son quemas de rastrojos que se descontrolan.
A
partir del 25 de febrero se incorporarán a los medios del Gobierno
regional la Brigada de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF),
dependiente del Estado, que desde 2006 se asienta en Ruente durante dos
meses y medio, coincidiendo con el periodo de riesgo de incendios.
Consta de dos cuadrillas compuestas cada una por un técnico, un capataz,
siete especialistas y un especialista correturnos. Sus instalaciones se
ubican en el monte de Jaedo, lo que le permite dar una respuesta rápida
ante cualquier incendio forestal que pueda producirse, ya que su medio
de transporte es un helicóptero Bell 412.