La gripe ha tardado más que otros años en dar la cara, pero
en Cantabria es ya una realidad y alcanza datos de epidemia desde la
cuarta semana de enero, con 107,21 casos por cada 100.000 habitantes, lo
que supera con creces el umbral epidémico fijado en 72,93 casos pero no
la media nacional que se sitúa en 156,73 casos. Según las previsiones
de la Dirección General de Salud Públicas, la gripe se mantendrá activa
hasta la tercera semana de febrero, momento en el que está previsto que
comience a remitir.
De los 1.256 casos de gripe detectados hasta el momento, la
mayoría correspondía a personas no vacunadas (87% del total de los
casos), sobre todo entre los 35 y 54 años. El menor nivel de incidencia
se ha registrado en los mayores de 65 años que constituyen el principal
grupo de población al que va dirigida la campaña de vacunación.
La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales ha
suministrado durante esta campaña, que se ha prolongado hasta el 21 de
diciembre (dos semanas más de lo inicialmente previsto) 108.548 vacunas
(1.853 menos que en la campaña anterior). No obstante, la tasa de
población total que ha recibido la vacuna antigripal ha aumentado
ligeramente pasando de 188 a 190 dosis por cada 1.000 habitantes.
Los grupos de riesgo a los que se ha dirigido esta campaña,
como en años anteriores, han sido las personas mayores de 60 años,
personas con enfermedades cardiacas o pulmonares, que afectan a la
musculatura respiratoria, con insuficiencia renal o hepática, diabetes,
VIH e inmunodeficiencias o enfermedades oncohematológicas. También están
incluidas entre los grupos de riesgo las personas con obesidad mórbida,
las mujeres en el primer trimestre de embarazo, los niños entre 6 meses
y 18 años en tratamiento crónico con aspirina, los nacidos prematuros y
los niños sometidos a implante coclear o a la espera del mismo. Además,
se ha aconsejado la vacunación a los trabajadores sanitarios y a los
servicios públicos esenciales.
La cobertura entre la población de 65 años o más se ha
situado en el 63,3 por ciento frente al 67,5 por ciento de la campaña
anterior. En este descenso ha podido influir la retirada del mercado de
la vacuna coadyuvada durante la tercera semana de campaña y la situación
de desconfianza que se generó, ya que en la semana posterior descendió
el número de vacunas administradas en un 50 por ciento.
No obstante, la cobertura ha sido superior en el grupo de
edad comprendido entre los 60 y 64 años, que ha alcanzado el 34,8 por
ciento, tres puntos por encima de la campaña precedentes.
También la vacunación entre el personal sanitario ha crecido y, así, ha
pasado de una cobertura de 32,5 por ciento al 33,7 por ciento.
Incremento que también se ha registrado entre el personal de los
servicios esenciales para la comunidad, donde se han administrado 757
vacunas lo que supone una cobertura del 26 por ciento del total de las
personas incluidas en este colectivo, 4,6 puntos más que en la campaña
anterior.