Un espectacular desprendimiento de rocas ha taponado casi por completo el túnel de Gavín cortando la carretera N-260a, que comunica Biescas con Torlaza q por el puerto de Cotefablo. El derrumbe se ha producido sobre las 14.20 de este sábado, en medio de las intensas lluvias que están cayendo en el Pirineo otra jornada más, debido al paso de la borrasca Domingos. Un conductor que se aproximaba al túnel ha visto cómo las rocas tapaban por completo la boca sur, en dirección a Torla. Por el hueco que ha quedado, ha explicado Javier López, apenas podía pasar una persona. Inmediatamente ha dado aviso a la Guardia Civil y la carretera ha quedado cortada.
Según informa la Dirección General de Tráfico, la circulación está interrumpida en ambos sentidos a la altura de la localidad de Gavín, desde el punto kilométrico 499.5 al km 500, en ambos sentidos. El desvío se puede hacer por la N-260 desde Fiscal hasta Sabiñánigo.
De momento no hay constancia de que haya atrapado a ninguna persona. En el puerto de Cotefablo la circulación es escasa desde que se abrió la variante de la carretera alternativa por Fiscal y además hoy está lloviendo con intensidad. Se ha convertido en un trazado turístico y para el tránsito local de pueblos vecinos como Yésero.
Javier López se ha topado con el desprendimiento cuando circulaba en dirección a Torla. Unos metros antes ya ha podido ver que la malla que protege la boca sur estaba llena de rocas y se había precipitado sobre la carretera cubriendo la calzada en ambos sentidos. "Está lloviendo a mares y apenas hay tráfico. Con tanta agua, en la montaña, los desprendimientos son habituales. Baja por todas las cunetas", ha comentado.
No es el primer desprendimiento ocurrido en los últimos días por la
lluvia. El temporal del jueves interrumpió la circulación en la
carretera de Seira y en la del valle de la Guarguera (Sabiñánigo) y la
semana pasada la caída de rocas también provocó el corte de la carretera
A-136, que atraviesa el valle de Tena desde Biescas hasta la frontera
francesa del Portalet. Y lo mismo en la N-260, entre Boltaña y el túnel
de Balupor. Aquí el tamaño de los bloques que invadieron un carril de la
calzada era algo menor que el de una lavadora.