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jueves, 23 de marzo de 2023

INCENDIO EN EL HORNO ALTO DE ARCELOR EN GIJON - ASTURIAS

Parte de la planta gijonesa tuvo que ser evacuada, mientras el fuego y una nube de humo eran visibles desde Gijón y Carreño

Las sirenas no cesaban de sonar ayer por la tarde en la factoría gijonesa de Arcelor. La nube de humo y el fuego que salían del horno alto 'A', acompañadas por explosiones, encendieron todas las alarmas tanto en la planta como en las zonas limítrofes de los concejos de Gijón y Carreño, desde donde eran visibles los efectos de un siniestro que se inició en la parte baja de la instalación y que la ha dejado inutilizable, al menos, momentáneamente. Fuentes de la compañía explicaron que, a las 17.50 horas, durante una maniobra de parada, se produjo «una desestabilización del proceso» y que, debido a «una reacción interna», tuvo lugar un incendio que obligó a evacuar el horno. Se valoró también tomar una medida similar en el 'B' por precaución, pero finalmente siguió funcionando.

 En el momento en el que se produjo el accidente se encontraban trabajando en el equipamiento industrial medio centenar de personas, alrededor de una veintena del turno, y una treintena de oficinas y servicios auxiliares, a las que el siniestro provocó un fuerte impacto. Sin embargo, pesar de lo aparatoso, se activó el plan de emergencia, que funcionó sin mayores incidentes, y no se produjeron daños personales.

Según ha podido saber este periódico, el horno alto se encontraba en una parada de emergencia, aunque aparentemente carente de gravedad, tras un escape de una tobera. Sin embargo, por causas que se investigan -se especula con posibles filtraciones de agua, se generó una explosión que derivó en un incendio que afectó a buena parte del horno y se llegó a verter arrabio al exterior mediante una de las toberas, lo que se considera una perforación de este equipamiento industrial. Además, hay indicios de que la zona afectada perteneciera al crisol, lo que elevaría la gravedad de los daños. No obstante, fuentes de Arcelor aseguran que es prematuro valorarlos y que habrá que esperar para poder acceder a la zona afectada para determinar los desperfectos, ya que anoche se estaba refrigerando y aún conservaba temperaturas muy elevadas.

Nada más producirse el accidente, la compañía lo comunicó al 112, al Ayuntamiento de Gijón y al Principado. Aunque se pusieron en prealerta los servicios de salvamento y de prevención y extinción de incendios municipales, el fuego se dio por extinguido hacia las 20 horas por el propio equipo de la factoría. Igualmente se sumaron a las labores el grupo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil, Gedex, que trabaja también con sustancias tóxicas y químicas, y el Seprona, que realizó mediciones de la calidad del aire, ya que la nube de humo alcanzó tanto a las parroquias más cercanas a la factoría, como a la zona oeste del municipio. Fue visible desde buena parte de la ciudad, así como desde Carreño.

El crisol, el corazón del horno

Más allá de los daños provocados por el incendio, la clave ahora está en saber si el crisol está realmente perforado. Esta parte es el auténtico corazón del horno alto, en la que se mezclan el mineral de hierro, el sínter y el cok para producir el arrabio que luego se convertirá en acero, por lo que cualquier daño que se produzca en él es muy grave e inutiliza la instalación. Un crisol perforado puede repararse, pero normalmente exige una inversión importante y se debe decidir si conviene o no hacerlo, sobre todo cuando se trata de un equipamiento que se prevé parar definitivamente en apenas un año o dos.

La vida del horno alto 'A' finalizaba el año que viene, aunque la idea era estirarla lo máximo posible para poder acometer el plan de descarbonización de la empresa. De hecho, se habían realizado catas en el crisol, que apuntaban a que se encontraba en mejores condiciones de lo previsto y que podría durar incluso hasta 2026, para dar tiempo a la puesta en marcha de la acería eléctrica, la planta de reducción directa del mineral de hierro e incluso a la llegada de las primeras moléculas de hidrógeno. Ahora mismo, fuentes sindicales ven remota la posibilidad de prolongar su uso y la esperanza es que pueda seguir funcionando con arreglos, aunque todo dependerá de los daños que finalmente se detecten y del coste que suponga repararlos. Como antecedente, a finales de 2018 Arcelor decidió reparar las baterías de cok de Avilés tras sufrir otro incendio. Recuperaron la actividad a inicios de 2019, a pesar de que su vida útil finalizaba ese mismo año.

La gran preocupación es que Arcelor decida adelantar el cierre definitivo de la instalación, como ha hecho con uno de los tres hornos de la factoría de Dunkerque, en el norte de Francia. De una forma u otra se da por seguro que la instalación no podrá arrancar en las próximas semanas. En los hornos altos trabajan alrededor de 200 personas de plantilla a lo que hay que sumar el personal de auxiliares y sus paradas afectan aguas abajo a todo el proceso siderúrgico.

Parado más de cuatro meses

Este horno alto estuvo detenido desde finales de septiembre hasta inicios de febrero por la debilidad del mercado y su menor competitividad en relación al 'B', que tiene unos costes energéticos menores, ya que reaprovecha gas de cok de las baterías. Y, durante ese periodo, se reguló en distintos momentos a personal de cabecera, pero también de instalaciones acabadoras, al haber una menor disponibilidad de arrabio y, por tanto, de acero.

Se da la circunstancia ahora de que Arcelor tiene aún activo un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), pero solo está en vigor hasta el 31 de marzo, después de que los representantes de los trabajadores descartaran su extensión todo el año, como pretendía la multinacional, sobre todo tras anunciar la compañía el arranque del horno alto. Esta tarde empresa y sindicatos se reunirán para negociar la parte asturiana del acuerdo marco, pero es más que probable que se vuelva a poner sobre la mesa la necesidad de un ERTE.