Emergencias activó la alerta naranja por fenómenos costeros en el Llevant, donde embarrancó un yate
El fuerte temporal de viento que azotó ayer Mallorca causó estragos, aunque menos de los previstos. El vendaval provocó la caída de árboles sobre las vías del tren de Sóller, lo que dejó bloqueado en pleno trayecto. Asimismo, el fuerte viento derribó una palmera por la tarde en pleno Paseo Marítimo y arrastró un yate de unos veinte metros de eslora hasta la costa en el Llevant.
El incidente más aparatoso se vivió ayer sobre las 20.30 horas. Las fuertes ráfagas hicieron caer varios árboles sobre la catenaria de las vías del tren de Sóller, por lo que al quedar sin suministro eléctrico este quedó detenido en el Pujol d'en Banya, cerca del mirador, con todos los pasajeros a bordo. Personal de Serveis Ferroviaris de Mallorca se desplazó al lugar para tratar de activar de nuevo el convoy. Precisamente, ayer se cerró el Coll de Sóller también por la caída de árboles.
La antesala se vivió la noche del Jueves Santo en Palma en las inmediaciones de la Plaza Mayor. Hubo una caída de cascotes y los bomberos tuvieron que acordonar la zona para evitar posibles incidentes. A continuación, sanearon la fachada.
Unas horas después, poco antes de las tres de la tarde de ayer, una palmera de grandes dimensiones se desplomó en el Paseo Sagrera. En ese momento, esta vía se encontraba repleta de turistas, aunque por fortuna la planta no cayó sobre ninguno. De hecho, muchos transeúntes extranjeros aprovecharon la ocasión para fotografiarse junto a ella.
Una dotación de Bombers de Palma se desplazaron rápidamente hasta el lugar. Provistos de motosierras, los bomberos trocearon el tronco. Posteriormente, técnicos municipales de Parques y Jardines tenían previsto retirar la planta desplomada de la vía pública.
Las fuertes rachas de viento afectaron con especial intensidad al oleaje en el Llevant de Mallorca. Hasta tal punto que la Dirección de Emergencias de Balears activó la alerta naranja por fenómenos costeros. Uno de los incidentes más significativos tuvo lugar en la playa de Son Maties, en Calvià. El patrón de un yate, de unos veinte metros de eslora, echó el ancla con la vana esperanza de que la embarcación no se movería. No fue así. El vendaval hizo garrear la embarcación hasta dirigirse a la costa. Finalmente, el barco quedó embarrancado en la arena.