El alpinista era experimentado y ascendía por Fresnedal a la cumbre de Peña Castil junto a dos compañeros cuando se precipitó entre 50 y 100 metros y se golpeó la cabeza
Un montañero vasco, de 62 años y experimentado, falleció a primera hora de la tarde de ayer en un trágico accidente mientras ascendía por el Fresnidiello, en Picos de Europa, junto a otros dos alpinistas. Al parecer, el hombre, cuya identidad responde a las iniciales J. M. M. D. y que es vecino de Sestao (Vizcaya), resbaló en el hielo y se precipitó entre 50 y 100 metros golpeándose enla cabeza, según explicaron fuentes de la Guardia Civil de Gijón.
El Servicio de Emergencias del Principado recibió a las 14.20 horas el aviso de un accidente de montaña en Picos de Europa, en Fresnedal, a unos 200 metros de la cumbre de Peña Castil, a unas tres horas a pie de la localidad de Sotres, lugar en el que los excursionistas habían dejado el coche. Se trata de una ruta bastante transitada por senderistas de todas las edades durante prácticamente todo el año, según explicó el guarda del refugio de la Vega del Urriellu, Tomás Fernández López, perfecto conocedor de la zona.
En un primer momento acudió el helicóptero de Emergencias de Cantabria, pero al comprobar que el montañero había fallecido, la Guardia Civil movilizó al helicóptero de emergencias con base en La Morgal y al grupo de montaña de Cangas de Onís, que destinó a dos especialistas al rescate.
Al llegar a la zona se localizó a dos personas y a una tercera que estaba en el suelo. Según las fuentes de la Benemérita, la fuerte pendiente de la montaña y la nieve dura que la cubría, obligó al helicóptero a apoyar parcialmente su patín derecho para que descendieran los dos rescatadores. Al momento subieron al helicóptero los dos montañeros que acompañaban al que resultó fallecido, y que fueron trasladados a Sotres. El helicóptero volvió a recoger el cuerpo de J. M. M. D., al que llevó al Hospital de Arriondas para practicarle la autopsia.
El guarda del refugio de la Vega del Urriellu hablaba ayer de "fatalidad" y "mala suerte" para referirse a lo ocurrido. La única explicación que daba al suceso era que el senderista se hubiese resbalado con una placa de hielo y se hubiese golpeado con una piedra en la cabeza. "No es un lugar complicado ni difícil. Es un collado, una zona denteada, normal", señaló Tomás Fernández.