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viernes, 18 de enero de 2019

UNA FALLECIDA Y 9 HERIDOS POR INHALACIÓN DE MONOXIDO DE CARBONO EN UN BLOQUE DE VENTANIELLES - OVIEDO - ASTURIAS

La víctima, de 34 años, fue hallada por su propia madre, que entró por una ventana, y podría llevar sin vida varios días


Una mujer de 34 años ha fallecido por inhalación de monóxido de carbono en un bajo de un bloque de viviendas de la calle Río Narcea de Ventanielles. La víctima fue hallada por su propia madre después de que esta accediese a la vivienda por la ventana a la media noche de ayer, una vez que los vecinos habían avisado a la progenitora de que la ventana de la vivienda llevaba dos días abierta a pesar del frío.

Bomberos, ambulancias y Policía Local acudieron al lugar de los hechos y decidieron desalojar a los nueve habitantes del bloque de viviendas al detectar elevadas cantidades de monóxido de carbono en el edificio, supuestamente generado por la mala combustión de la caldera de gas del bajo en el que fue encontrada la fallecida.

Los residentes del bloque fueron desalojados, atendidos in situ y posteriormente trasladados al HUCA por tres ambulancias donde se les practicaron pruebas para descartar posibles daños.


Algunos de los afectados señalaron esta mañana que una vecina del primer piso ya se desvaneció el miércoles y fue llevada por su marido al HUCA, siendo posteriormente trasladada a Santander para ser tratada por una intoxicación. Sin embargo, no fue hasta la medianoche cuando la voz de alarma de los vecinos del otro bajo llevaron a descubrir lo que había ocurrido a su vecina de puerta con puerta.

"Fue tremendo cuando la madre encontró a su hija tirada en el pasillo", confesó uno de los vecinos que al igual que el resto del bloque fueron realojados a las siete y cuarto de la mañana de hoy. Todo apunta a que la fallecida estaba acostada, comenzó a encontrarse mal y tras levantarse de la cama cayó en medio del pasillo afectada por la inhalación del gas.

Hasta el momento se desconoce el momento de la muerte, pero el hecho de que los vecinos vieran una ventana ligeramente abierta durante dos días consecutivos a pesar de las bajas temperaturas hacen apuntar a que el cuerpo podría llevar sin vida en torno a 48 horas.